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Educar en salud bucodental desde la infancia: beneficios para toda la vida

Crear hábitos y rutinas es una necesidad para que los pequeños vayan entendiendo cómo funciona el mundo y cuales son las cosas que tenemos que hacer de forma constante; por lo que educarlos desde la primera infancia en que estas cosas sean parte de su día a día es fundamental.

Una de las rutinas constantes que se le crea a los bebés desde el primer momento es la higiene. Por ejemplo, el baño es un momento de relajación y que fomenta el disfrute de un tiempo de calidad para padres y pequeños. A medida que el tiempo va pasando se le va explicando la importancia de mantenerse limpio para la salud. Teniendo esto en mente, crear rutinas sanas que beneficien la salud integral de las personas es fundamental para el crecimiento de los pequeños.

Otra de las cosas que como adultos debemos hacer es inculcar en los pequeños la importancia de cuidar la salud bucodental, creando rutinas que beneficien su cuidado de manera que se convierta en un hábito que sea duradero, pues la salud bucodental afecta directamente la salud integral del individuo.

Adultos cuidadores y salud bucodental

En España históricamente la salud bucodental ha pasado bastante por debajo de la mesa y sin mucha atención. Sin embargo, desde hace unos años ha comenzado a repuntar el interés de la población en tener la atención necesaria para cuidarla, lo que implica un aumento de conocimiento en los adultos en lo que respecta a cuidados orales, prevención y procedimientos odontológicos.

Los adultos son los responsables de educar a los niños en todo aquello que afecte su salud. Pero, para poder hacerlo, es fundamental que ellos también estén educados y tengan conocimientos suficientes para crear rutinas saludables en el hogar, y la salud bucodental no se escapa de esto; sobre todo si tomamos en cuenta que los niños en la primera infancia aprenden a través de la imitación. Si los cuidadores son descuidados con las rutinas de higiene bucal, los niños lo serán.

Es por ello que en primera instancia, se debe trabajar en educar a los cuidadores en la importancia de la salud bucodental para que estos puedan transmitirla de forma adecuada a los pequeños desde el primer momento. La recomendación de Clínica Dental Pazos y Couto es que los padres se informen con sus odontólogos de confianza sobre cómo cuidar su salud dental durante el embarazo y los pasos a seguir durante los primeros meses de vida del pequeño en los que no hay piezas dentales. 

Lo más recomendable es que el pequeño vaya a su primera cita odontológica con un especialista odontopediátrico a partir del año, para que así el profesional pueda ver cómo se están desarrollando los dientes y corregir o guiar de forma más tangible el cuidado que los adultos están dando en la cavidad bucal.

Recordemos que son los adultos los responsables de que mientras el pequeño no pueda cumplir las rutinas de higiene dental por sí mismo, estas se cumplan de igual manera hasta que tenga la independencia suficiente para llevarla a cabo por ellos mismos. No obstante, puede ser que la supervisión y apoyo dure un par de años más, ya que mientras le vamos permitiendo al pequeño que realice el cepillado y cuidado de sus dientes de forma independiente, muchas veces no lo lograrán hacer de forma correcta y necesitarán nuestra intervención.

Así, la intervención y supervisión de los cuidadores debe llegar por lo menos hasta los 10 años de vida del menor, ya que desde el nacimiento hasta aproximadamente los 6 años el cepillado debe hacerlo un adulto, de los 6 a los 8 el niño debe empezar a hacer la rutina de higiene bucal solo con el repaso de los padres, y de los 8 a los 10 debe perfeccionar las técnicas y convertirlo en un hábito que le dure toda la vida.

Educación en salud bucodental

La higiene oral tiene especificaciones que son necesarias tomar en cuenta para poder educar a los niños en cómo debe cuidar su salud bucal, recordando y entendiendo que es un proceso que requerirá tiempo y esfuerzo por parte de los cuidadores quienes deben buscar las estrategias que funcionen para los pequeños. No obstantes, hay unas recomendaciones generales que pueden ayudar:

  • Revisar regularmente la boca de su hijo.
  • Felicitar de vez en cuando por hacer un buen trabajo en el cuidado de la boca.
  • Limitar el consumo de dulces.
  • Ser un buen ejemplo con el cuidado regular de la boca.
  • Enseñarle cómo realizar el cuidado de los dientes.
  • Enseñarle a usar la seda dental, ya que al principio puede ser complicado para el niño.
  • Ir al dentista tiene que ser una buena experiencia para padres e hijos.
  • No pasar los miedos propios al niño
  • Sonreír frecuentemente para mostrarle la importancia de una boca sana.
  • Asegurar que el cepillo está en buenas condiciones.

¿Cómo motivar a los niños a cuidar su salud bucodental?

El trabajo de enseñanza/aprendizaje debe crearse en un ambiente cómodo, divertido y de disfrute, para que los pequeños lo puedan incorporar no como una obligación, sino como un momento para compartir con sus cuidadores, por lo que podemos recomendar las siguientes estrategias para impulsar su motivación durante la infancia:

  • Alimentarse sanamente

Cuando los niños entienden por qué sus padres les dan ciertos tipos de alimentos, están más de acuerdo a consumirlos sin tanta discusión. Por ello, debemos explicarles cuales son las ventajas nutricionales de cada alimento y prepararlos de una forma atractiva es una manera de incluir diferentes tipos de proteínas, vegetales, frutas, cereales, etc.

Lo importante es que la alimentación sea balanceada y cumpla con las necesidades nutricionales de los pequeños, para lo cual esto debe estar inmerso en la dieta familiar. Como mencionamos antes, los niños aprenden por imitación y si ven que ellos tienen que comer algo que los otros miembros no tienen que consumir, es muy difícil que lo coman. Así, lo ideal es que todo el núcleo familiar tenga la misma sana alimentación.

  • La hora del cepillado, un momento para compartir

El cepillado de los dientes debe ser un momento que le produzca placer a los niños, esto para que no se sienta como una obligación, sino como una actividad tan divertida como la hora del baño.

Una buena manera de incluir el cepillado en la rutina de higiene general, es hacerlas ambas antes de la hora de dormir, cepillar los dientes y bañarse para acostarse a descansar limpio y fresco. Convertirlo en un juego es la mejor manera de que los niños se habitúen a mantener su rutina de higiene bucal. Cantar canciones referentes al cepillado y divertirse mientras se cuidan, evitarán que a largo plazo este hábito desaparezca.

  • Visitar al dentista

Crear una relación de confianza y comodidad con el dentista es fundamental para mantener al pequeño motivado a cuidar su higiene bucal, por un lado, porque el especialista puede participar activamente en la educación en lo que refiere a los cuidados que debe hacer el niño, mostrándole modelos a escala de los dientes para que pueda aprender la técnica correcta de cepillado, entre muchas otras actividades recreativas y educativas.

A su vez las visitas al especialista y el trabajo continuo, hacen que los niños crezcan sin el temor al dentista que muchos adultos arrastran a lo largo de su vida. El odontólogo tiene herramientas y conocimiento para tratar con los niños y convertir su visita en una experiencia agradable.

Por lo que la mejor recomendación es elegir un odontopediatra que pueda acompañar al pequeño durante su infancia para que la relación se forme con el tiempo y la cercanía; cambiar constantemente de profesional no le permitirá al niño crear lazos que le permitan sentirse cómodo con su odontólogo, lo que generará angustia y preocupación cuando sea la hora de visitar la consulta.

En familias en las que haya más de un niño lo ideal es que ambos sean tratados por el mismo profesional, ya que si el mayor tuvo una buena experiencia con el odontólogo el menor se sentirá más confiado y tendrá menos temor al conocer un testimonio de primera mano.

Lo más importante en este caso es evitar transmitirle a los niños el temor al dentista que suelen tener los adultos, por lo que tratar esta visita como se trata cualquier otra a otro especialista de forma natural, relajada y sin presiones, hará que los pequeños estén más tranquilos ante la nueva experiencia.

La educación en la salud bucodental desde la infancia es fundamental como medida preventiva, pues lo ideal es evitar llegar a tener problemas bucales que requieran de la intervención correctiva de los odontólogos y eso sólo puede lograrse teniendo buenos hábitos de higiene bucal. Por lo cual, empezar desde temprano y acompañar el crecimiento motivando y promoviendo la importancia del cuidado de la salud bucal, es la mejor manera de proteger esa parte de la salud integral de nuestros pequeños.

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