Conseguir que los niños se laven los dientes puede ser, en según qué casa… toda una odisea. Yo he pasado por eso de hablar con ellos por activa y por pasiva y de ir detrás a todas horas y, aun así, en cuanto me descuido, pasan de usar el cepillo de dientes. Por eso hoy vamos a hablar de cómo inculcar buenos hábitos de higiene bucodental en los niños con unos consejos que nos ha ofrecido la clínica CareDent, de Albacete, que recomienda, además, una visita anual al dentista mínimo al año a modo de revisión, más si hablamos de niños con problemas.
Para empezar os diré que muchos niños no empiezan a lavarse los dientes hasta que no es demasiado tarde. Algunos padres piensan que los pequeños no tienen demasiada necesidad de hacerlo y no es hasta los 6 o 7 años cuando empiezan a inculcarles este hábito. Demasiado tarde. Por raro que pueda parecer a padres y personas no muy metidas en estos temas, los niños deben empezar a lavarse los dientes con una cantidad de pasta muy pequeña (menos al tamaño de una lenteja) con menos de dos años.
Obviamente, al principio, lo haremos nosotros, pero, a partir de los dos años, ya deben empezar a hacerlo ellos solos bajo la supervisión de un adulto.
Esto es primordial porque si conseguimos que el niño adquiera esta rutina diaria acabará haciéndolo de manera mecánica y olvidándose de la pereza que le da tener que lavárselos tres veces al día.
Si aun así tu hijo no ha adquirido el hábito o es demasiado mayor debes tener en cuenta otros factores. Es importante que los padres supervisen la limpieza dental, mínimo hasta los 8 años. No debemos dejarlos a su aire porque pueden pasar tres cosas: que no lo hagan, que lo hagan mal, o incluso que se hagan daño con el cepillo en las encías.
Intenta que el cepillado se convierta en una tarea divertida. Por ejemplo, lávate los dientes con tus hijos y gástales bromas con la boca llena de pasta, se lo pasarán bomba y alaba lo bien que lo hace y lo mayor que se está haciendo para que asocie ese momento con algo bueno. Empieza con las revisiones periódicas pronto, así no asociará el dentista con el dolor y no tendrá miedo de ir cuando sea necesario.
Nadie tiene la llave maestra que te diga que haciendo esto o aquello conseguirás que tu hijo se lave los dientes dos o tres veces al día pero no debemos dejar de intentarlo porque un niño que no adquiere el hábito se convierte en un adulto que no se lava los dientes tantas veces como debería y esto provoca problemas dentales así como halitosis y demás enfermedades, algunas de ellas realmente graves.