Vivimos en un mundo globalizado al que solo le falta unificar el idioma, algo que a todas luces, resulta imposible de alcanzar. Al menos dentro de un futuro plausible. Dentro de unos cuantos siglos quien sabe lo que será de la universalidad, la globalización y los idiomas. Como eso actualmente no nos quita el sueño, pues nos queda muy lejos, la preocupación actual en este sentido, reside en aprender idiomas o al menos, un idioma más además del materno. El idioma por antonomasia que todo el mundo pretende o quiere aprender, suele ser inglés, debido a estar considerado como el más universal de todos. Otros como el castellano, el francés o el chino, cuentan cada vez con mayor relevancia en el mundo, por ser los que más hablantes tienen.
En cualquier caso, el saber no ocupa lugar y aprender un idioma o dos no viene mal nadie. So pena que para los adultos resulta más complicado que para los pequeños y jóvenes estudiantes que pueden incluir en su formación (de hecho es obligatorio), el aprendizaje de un segundo idioma. Cada vez son más los colegios bilingües que podemos encontrar y la educación en otros idiomas se hace más factible a edad más temprana.
Centros especializados que se dedican a crear experiencias en las que el aprendizaje de un idioma es la prioridad, desarrollan programas de intercambio o inmersión lingüística con la finalidad de que sus estudiantes, aprendan un idioma de forma amena y divertida.
Como decimos el inglés es la lengua más importante a nivel laboral y empresarial, lo que hace que sea considerado como el idioma esencial para el futuro profesional y educativo de los jóvenes. Independientemente del idioma que se quiera aprender, porque a fin de cuantas, el método de aprendizaje o la experiencia es válida para cualquier idioma, existen diferentes formas de aprenderlo. Sin embargo uno de los métodos más eficaces y con mejores referencias que podemos encontrar es la inmersión lingüística. De este método, cada vez más demandado, es de lo que vamos a hablar a lo largo de este artículo, para conocer en más detalle en que consiste y cuáles son sus ventajas frente a otros métodos de aprendizaje.
Aprender desde dentro
Efectivamente, una inmersión conlleva sumergirse de lleno en una experiencia absoluta. En este caso, la inmersión lingüística consiste en una experiencia educativa en la cual, los participantes se sumergen dentro de un ambiente en el que exclusivamente se habla un idioma que no es el propio, durante un periodo de tiempo concreto y determinado. Durante el tiempo que dure la inmersión, los participantes se ven obligados a tener que comunicarse en el idioma de elección en todas y cada una de las situaciones en las que se vea envuelto, incluyendo actividades de la vida cotidiana, el trabajo, el entorno educativo o las interacciones sociales.
Este tipo de experiencias tan intensas, son especialmente eficaces a la hora de aprender un idioma en profundidad, pues permite a los estudiantes practicar las habilidades lingüísticas adquiridas en situaciones reales, consiguiendo al tiempo una retroalimentación inmediata por parte de los hablantes nativos. En esta situación, los estudiantes, además de encontrarse inmersos en el idioma, tienen la oportunidad de mejorar su capacidad de comprensión auditiva y la de pronunciación, así como la posibilidad de adquirir conocimientos culturales y lingüísticos a niveles más profundos.
Una inmersión lingüística puede darse en diferentes contextos, como puede ser una institución educativa, un programa de intercambio cultural o en el país donde se hable el idioma en cuestión. Generalmente, este tipo de experiencias, son intensas e intensivas y pueden tener una duración que oscila de unos días a varios meses.
Así mismo, las inmersiones lingüísticas, constituyen una forma muy efectiva a la par que emocionante de aprender un idioma desde dentro. Además, las habilidades que se adquieren dentro del programa de inmersión, pueden durar toda la vida y producir un impacto positivo en la carrera profesional y personal de los que la realizan.
Todos sabemos que la mejor manera de aprender un idioma no es dar clases en el colegio o un centro de idiomas. Así puedes aprender la gramática, vocabulario y a manejarte, pero no proporciona la soltura necesaria para considerarse hablante de la lengua, hasta que llevas muchos años estudiando. Sin embargo, con los métodos actuales en los que se deja a un lado el aprendizaje de la gramática y ciertos aspectos formales de un idioma, la curva de aprendizaje es más factible.
De ahí que las experiencias de inmersión lingüística, sean uno de los métodos de preferencia para aprender un idioma desde la raíz del mismo y de la misma manera que se aprende el idioma materno: viviendo en un entorno en el que solo puedas desenvolverte si aprendes a comunicarte de manera efectiva.
Las inmersiones lingüísticas obligan al estudiante que forma parte de ellas a aprender a desenvolverse para hacerse entender con su entorno. Si no es capaz de aprender a comunicarse en el idioma de elección, no podrá hacerse entender ni entender a las personas con las que convive o se relaciona. Se trata por tanto de experiencias enriquecedoras en todos los sentidos que aportan a los estudiantes gran valor.
Razones por las que hay que hacer una inmersión lingüística siempre que sea posible
A parte de que apuntarse a un programa de inmersión lingüística implica aprender un idioma, pues es el objetivo principal de la misma, existen una serie de razones por las que vale la pena optar por este método de aprendizaje.
Una de esas razones es la mejora que se produce en la habilidad para hablar el idioma. Mediante un programa de inmersión lingüística, se tiene una oportunidad para mejorar esa capacidad de hablar y entender el idioma. Al encontrarse rodeado de hablantes nativos, las oportunidades de practicar y mejorar las mismas, se multiplican, convirtiéndose en un aprendizaje ortodoxo del idioma.
Por otro lado, se aumenta la confianza en uno mismo. Al tener que comunicarse necesariamente en el idioma en cuestión, la confianza propia en la capacidad y habilidad para hablar el idioma mejorar de manera significativa. Además de que el mero hecho de verse en situaciones y desafíos, envuelto en el idioma proporcionará al estudiante mayor sensación de logro.
Inevitablemente, al tratarse de una experiencia inmersiva, el programa permite aprender in situ sobre la cultura del país. Mediante la interacción con personas nativas y la participación en las actividades culturales del lugar, es posible conseguir tener una comprensión más profunda y autentica respecto a la cultura y costumbres del lugar.
También de forma ineludible e inevitable, se conoce a gente nueva, pues el programa de inmersión lingüística, constituye una oportunidad para conocer a personas nuevas y crear vínculos internacionales. La interacción entre personas procedentes de diferentes culturas y antecedentes, permite aprender mucho, crear lazos y fomenta relaciones duraderas.
Por supuesto, una razón de peso es que se trata de una experiencia emocionante y enriquecedora. Una oportunidad única para salir del entorno seguro y la zona de confort, vivir en un entorno diferente y experimentar cosas nuevas mientras se aprende un idioma, se mejoran las habilidades lingüísticas del mismo y se sumerge en una cultura diferente.
Esta serie de razones que invita a formar parte de alguno de los diferentes programas de inmersión lingüística existentes, se traducen en una serie de beneficios que aporta vivir esta experiencia. Entre ellos, cabe destacar que dominar un idioma, abre las puertas de la educación. Se trata de un activo valioso a la hora de elegir carrera o campo de estudio. Gracias a la inmersión lingüística que permite mejorar las habilidades y conocer el idioma con mayor soltura y profundidad, se aumentan las posibilidades de éxito educativo.
Además, el conocimiento de un idioma, prepara el terreno para el mundo laboral. Saber idiomas resulta una habilidad imprescindible y valiosa, sobre todo en el mundo de los negocios y las relaciones internacionales. En cuanto a esas relaciones que se crean durante el programa, la oportunidad que ofrece de hacer amigos internacionales y establecer lazos con personas de culturas diferentes, puede abrir las puertas de futuras oportunidades y experiencias.
Pasar una temporada en el extranjero aprendiendo a valerse por uno mismo o misma, fomenta la independencia y capacidad de adaptación. En este sentido, permite aprender a resolver los problemas que surjan y adaptarse a las diferentes situaciones sin tener que recurrir a terceros. Otro de los beneficios que se pueden obtener de una inmersión lingüística es que acelera el aprendizaje. En comparación con otros métodos de aprendizaje, la inmersión en un entorno de habla nativa, expone al estudiante al idioma de forma constante, ofreciendo continuas oportunidad de practicar y mejorar las habilidades propias y obligando a hacerlo. La misma necesidad de comunicarse, obliga a tener que esforzarse por hacerlo dentro de las situaciones cotidianas que nada tienen que ver con el entorno educativo, lo cual facilita la comprensión del idioma de manera más efectiva.
Los profesores de idiomas lo tienen claro, la mejor manera de aprender es desde dentro. Razón por la que ellos mismos recomiendan este tipo de métodos de aprendizaje siempre que el alumno, tenga esa posibilidad.