“Los cólicos solo los tienen los bebés que toman leche a demanda”, “los cólicos son más comunes en los bebés que toman leche de fórmula”, “los bebés que maman tienen más posibilidades de sufrir cólicos que los que toman leche de fórmula”… Hoy en día se oye de todo y ¿sabéis qué? nada de esto es cierto. Los cólicos los pueden sufrir cualquier bebé recién nacido hasta los 4 meses de vida aproximadamente, y no tienen nada que ver con si toma pecho, leche de fórmula, come a demanda o lo hace en un régimen estricto de horas y cantidad de alimento.
La realidad es que los cólicos son totalmente normales en los bebés, y por mucha pena que nos dé verlos llorar por el dolor y la incomodidad que estos les provocan, no hay que asustarse. Lo primordial es mantener la calma y meternos en la cabeza que el bebé está bien, que no son nada raros y que es un proceso natural que han de pasar, queramos o no. Así que está genial que la vecina, nuestra prima o nuestra hermana nos diga que ella hizo “esto” o “aquello” con su hijo, o le daba “de mamar” o “leche artificial” y tenía o no cólicos, porque el bebé que ha de pasarlos, los va a pasar igual.
¿Qué es un cólico? Para empezar hemos de comprender que los bebés lloran, y mucho, así que el hecho de que un bebé de menos de tres meses pase largos ratos llorando no implica, de facto, que tenga cólicos. Para que un médico considere que el bebé tiene cólicos, el pequeño ha de llorar durante más de tres horas al día, más de tres días a la semana. Aunque normalmente hay señales que ya nos indican que lo que tiene son cólicos:
- Se retuercen y encojen.
- Cuando comen, o justo después de comer, se ponen peor.
- Los peores lloros son por la tarde-noche.
Debemos entender que el estómago del bebé no es lo suficientemente maduro como para tener una digestión sencilla, la suya es mucho más complicada y trabajosa, y por eso a muchos bebés les duele el estómago (tienen cólicos y gases) hasta que esa maduración de estómago se hace patente y el malestar va pasando poco a poco.
Cómo tratar el cólico de lactante
No hay ningún tratamiento milagroso que evite los cólicos del lactante, de hecho se pueden probar miles de cosas y lo que les va bien a unos, no les va bien a otros. No obstante, sí podemos llevar a cabo ciertas acciones que, en conjunto, suelen ayudar a los bebés que pasan por malos momentos por culpa de los cólicos.
- Haz eructar al bebé en cada toma, si es posible para a mitad de la toma para que eructe y luego sigue dándole el biberón. Al finalizar, haz que eructe de nuevo.
- En pleno ataque de cólico, ponerlos boca abajo y frotarles la espalda suele aliviarlos.
- El movimiento de caminar les calma, por lo que es aconsejable usar la tela, o la mochila, para llevarlos con nosotros al caminar (también sirve al brazo pero es más agotador para el padre-madre).
- Si toma leche de fórmula cambia a una que favorezca la digestión (a mí me fue muy bien la Enfamil Confort).
La osteopatía
Aunque en España no suelen haber demasiados médicos que aconsejen un tratamiento osteopáico para tratar los cólicos del lactante, en otros países esto está mucho más implementado. Además, el gran apoyo que reciben los osteópatas por parte de los padres y madres y ya les han llevado a sus hijos para recibir tratamiento, hace que el boca a boca promueva mucho este tipo de procedimientos.
Óscar Díaz, osteópata quiropráctico en Alicante, asegura en su web que el cólico del lactante es una de las patologías más frecuentes que trata en bebés, y también una en la que mayores beneficios se obtiene con menos sesiones. “La razón por la cual la recuperación es sumamente rápida es porque se trabaja a favor de las inercias que se generan en el propio proceso fisiológico, intrínseco en la capacidad de recuperación del bebé o del niño.”
Los prebióticos
Otro tratamiento que sí suelen recomendar los pediatras, es el uso de prebióticos como el tan conocido Reuteri, o el Colimil. Este tipo de medicamento (natural) ayuda al estómago del bebé en esa maduración al tiempo que alivia los síntomas de los cólicos.
El Colimil tiene, en sus ingredientes, melisa (reduce los espasmos o contracciones de la musculatura intestinal), manzanilla (reduce los episodios de cólicos y favorece la digestión) y Lactibacillus acidophilus, (previene el desarrollo de bacterias patógenas, mejora la respuesta inmunitaria, refuerza la microflora intestinal, aumenta la función de barrera intestinal).
El Reuteri tiene como ingredientes aceite de girasol, aceite triglicérido de cadena media y lo importante, 100 millones de Lactobacillus Reuteri Protectius activo en cada 5 gotas, un prebiótico que previene reduce la duración del tiempo de llanto y la sintomatología asociada al cólico del lactante, disminuye la duración y la gravedad de la diarrea aguda en bebés, reduce la aparición de diarrea causada por la toma de antibióticos hasta en un 75%, mejora la digestibilidad al contribuir a la digestión de la lactosa en el intestino delgado y disminuir el vaciamiento gástrico, ayuda a regular las reacciones de hipersensibilidad en dermatitis atópica y fenómenos alérgicos, así como ayuda a disminuir la inflamación y la permeabilidad intestinal.
Conclusión: el cólico de lactante es normal y nadie tiene la culpa de que tu bebé lo sufra, tanto si toma leche a demanda, como si es leche de pecho o leche de fórmula. Del mismo modo, al ser algo natural, no podemos evitar que lo tenga, lo único que podemos hacer es adoptar todas las medidas recomendadas que podamos (que no tengan efectos secundarios negativos en el bebé) para aliviarle lo máximo posible. Y a partir de ahí, muchísima paciencia.