Los primeros pasos no son los más fuertes, pero aunque tambaleantes, son de vital importancia. Sobre ellos, nuestros niños asientan su forma de andar, de correr y de ver el mundo. Incluso, si nos permitiésemos ponernos un poco poéticos, sobre esos titubeantes pasos se está edificando el futuro de la sociedad en su totalidad. Debemos prestar, por tanto, toda la atención posible a estos inicios. Las primeras andaduras determinan tantas cosas que es vital ofrecer a nuestros niños las mejores comodidades posibles. Lo ideal es buscar buen calzado, no necesariamente de marca pero sí ergonómico, en una zapatería especializada en la que una familia pueda encontrar un desahogo para esos momentos en los que los más pequeños comienzan a desgastar suelas.
A partir de entonces, millones serán los pasos con los que los más chiquitines conformen su identidad muy poco a poco. Largo es el camino, y por eso es importante que lo hagan sobre seguro siempre que esto sea posible. Si, como es el caso, lo hacen acompañados, mucho mejor. Hay pocas sensaciones más alentadoras que disfrutar del crecimiento de un niño al lado de su mascota. La relación que se establece es fascinante y el resultado es un amor que perdurará para toda la vida. Con no poca razón, algunos anuncian y aseguran que el perro es el mejor amigo del hombre.
Según veterinariosalicantecaanes.es Crecer juntos implica para el bebé y la mascota recibir su educación en tiempos similares, desarrollarse como individuos a la vez y jugar juntos para conformar sus identidades. Podría sonar raro escuchado desde fuera, pero cualquiera que se haya criado con una mascota al lado, sabe que después de unos años, la relación entre mascota y niño es similar a la que se establece entre dos hermanos. Al fin y al cabo, los cachorros no distan tanto ni tienen unas necesidades tan distintas independientemente de si se trata de un perro o de un ser humano. En ambos casos son bebés o seres de corta edad que precisan de unos cuidados muy específicos y con unas necesidades muy similares.
Una vez que el pequeño empieza a dar los primeros pasos, pronto llegan las carreras, los saltos, las tardes en el parque sin parar de movernos de un lado para otro. El perro puede ser un compañero de fatigas único en estos casos. Sobre todo si son de corta edad, los animales suelen comportarse de forma incansable, por lo que a buen seguro seguirá todos los juegos del niño e incluso contribuirá con los padres a la tarea de protegerlo sin ser consciente de ello.
No obstante, pese a todos los beneficios que implica esa compañía de la mascota, ya no sólo para el niño, sino para el resto de la familia, también es innegable que uno de los mayores puntos negativos es el elevado coste que suponen sus cuidados. Si juntamos los desembolsos fruto del cachorro con los provenientes de las atenciones que precisa nuestro niño, la suma puede ser para asustarse. Mucho más en los tiempos que corren, en los que la expresión apretarse el cinturón ya ha empezado a perder el sentido. Para ajustar cuentas, lo mejor es siempre buscar la mejor opción en calidad-precio. A nadie le gusta renunciar a la calidad, por supuesto, pero no siempre lo barato implica esa renuncia. El calzado infantil de marca suele ser carísimo pero una zapatería infantil especializada puede tener marcas blancas o modelos de fuera de temporada perfectos para los peques de la casa, eso aporta su gran pequeño grano de arena para que la conjunción entre niño y mascota sea más llevadera y, por otra parte, para contribuir a que esos primeros pasos (y carreras) del pequeño junto a la mascota sean de lo más fructífero. Debemos encontrar un catálogo que ofrezca una amplia variedad de opciones a un precio que de gusto leer una y otra vez.
Desde zapatos de bebé (deportivas, zapatitos, calzado de piscina y playa, sandalias o las clásicas de lona para el caluroso verano) hasta calzado de todo tipo para niños y niñas en edades más avanzadas, todo está entre los productos ofrecidos por el establecimiento, que además dispone de un servicio de outlet (verano e invierno) con artículos a mejor precio si cabe.
La convivencia de niños y mascotas no tiene por qué significar un gran aumento del gasto de manutención. Pero tampoco la reducción en esos costes de manutención tiene por qué venir acompañada de una disminución de la calidad del producto que compramos. Nuestros niños son el futuro y tienen que desarrollarse y correr el largo camino que les espera. En ese caso, no hay mejor manera que andar acompañados del mejor calzado. Y, cómo no, de su querida mascota.