Mis amigas me llaman pija. Mi marido piensa que soy una diseñadora o una modelo frustrada porque me paso el día cambiando de modelitos. Y mi madre está tan acostumbrada a mis manías con la moda que siempre acaba comprándome revistas porque ya se ha dado por vencida conmigo. El caso es que si yo soy así, ¿cómo creéis que visto a mis hijos? Pues como “minis yo”.
Son niños y sé que tienen que jugar pero no les voy a comprar ropa de mercadillo sólo porque sepa que se van a tirar al suelo con ella o van a jugar al futbol en vaqueros, de eso nada. Mis niños con auténticos figurines y sólo les compro ropa de las mejores marcas.
Una de mis tiendas favoritas es Amorucos, una tienda online que os recomiendo porque tiene marcas como Abosroba, Catimini, Tuc Tuc, Petit Bateao y mi favorita, Boboli. Ahora que tampoco es nada extraño que sea mi favorita porque por lo visto es la marca de moda infantil favorita de muchas madres porque la firma ha facturado 34 millones en 2015, un 18% más que el año anterior y parece que sigue en aumento.
La compañía espera volver a crecer a doble dígito este año gracias al impulso de “nuevos proyecto y retos” y su expansión territorial.
En el ámbito nacional, la marca tiene prevista la apertura de ocho a diez nuevos puntos de venta, entre zonas como Glòries, en Barcelona, Sabadell y la terminal 2 del Aeropuerto de Barcelona.
Boboli busca también reforzar su presencia en el mercado internacional, que supone ya casi un 40% de su facturación por lo que la empresa pretende afianzarse en China y fomentar su presencia en México, donde ya está presente en grandes almacenes.
Eso significa que no soy la única que quiere llevar a sus hijos como a mini modelos así que no sé a qué viene tanto alboroto y tanto meterse conmigo.
Mi marido, que es el único que podría meterse conmigo o pedirme que me corte un poco comprando nueva ropa, no se mete conmigo porque sabe que no tengo vicios ni gasto dinero en nada más, así que me permite el capricho conmigo y con mis hijos, y si me dijera algo tampoco le iba a hacer demasiado caso porque para eso traigo un sueldo a la familia, para poder comprar lo que me dé la gana además de aportar algo, por supuesto.
Mis hijos, por su parte, están encantados, porque no soy como esas madres que les obligan a estarse quietos sólo porque van “guapos”, no, yo quiero que jueguen, experimenten y se diviertan, que son niños, y además siempre van orgullosos porque la gente les alaba la ropa y les dice que parecen príncipes y princesas. Vamos, que siempre pesan más de lo mucho que se hinchan, jejeje.
Si alguna vez tengo problemas económicos dejaré de hacer estas compras porque idiota tampoco soy. Sé lo que es importante y lo que no lo es y no pretendo dejar de comprarle a mis hijos sus libros escolares por comprarles un vaquero nuevo de la marca más molona del momento pero, mientras pueda, seguirán teniendo ambas cosas.