Una de las cosas más importantes que has de conocer a la hora de adquirir o adoptar un perro como mascota para tu familia es que algunos de estos están obligados por ley a tener un seguro de responsabilidad civil. Se trata de los perros potencialmente peligrosos. Cada una de las comunidades autónomas cuenta con una lista de los canes que han de acogerse a esta lista y que por tanto están obligados a cumplir este requisito. Asimismo, algunas regiones directamente lo tienen como imposición para cualquier tipo de perro, independientemente de su raza, por lo que no olvides consultarlo.
Pero pese a ser una obligatoriedad, lo cierto es que no está de más que los dueños contratemos este tipo de coberturas porque debemos tener en cuenta que son animales, que no estamos seguros nunca de cómo van a reaccionar en cualquier situación y podemos meternos en un gran lío. Por mucho que digamos aquello de que el perro es muy cariñoso y que no muerde, es imposible estar seguros de ello al cien por cien. Un día, sin saber a cuento de qué, puede hincarle el diente a alguna persona, pelearse con otro can o causar diversos destrozos en propiedades privadas. Nosotros, como dueños, debemos hacer frente a todos estos gastos que ocasiones. Incluso, si el animal ha salido a la calle a pasear con otra persona o si ha atacado a alguna visita sin nuestra presencia, sigue siendo responsabilidad del dueño hacerse cargo de todos estos inconvenientes.
Por lo tanto, pese a que muchos lo vean como una obligación, es importante tenerlo en cuenta como, al igual que su nombre indica, un seguro que nos puede salvar de muchos apuros en cualquier momento.
Las compañías aseguradores conocen este tipo de leyes y ofertan diferentes posibilidades para cubrir esta variedad de contingencias. Es más, antes de contratar una nueva póliza, debemos repasar bien la nuestra porque algunos seguros de hogar incluyen también este tipo de responsabilidad con nuestras mascotas. Debemos conocer la cobertura de los mismos para saber si es suficiente. Especialmente en el caso de los perros potencialmente peligrosos, que requieren un mínimo de dinero a cubrir, por lo que si nuestra póliza se queda corta, bastará con aumentar esa cobertura. Eso sí, lo que está claro es que se trata de una responsabilidad civil, estas pólizas no cubrirán los gastos que ocasione el tener el animal en casa, como desperfectos en los muebles u otro tipo de desastres. No obstante, algunas compañías sí corren a cargo de estos desperfectos, así que según lo que deseemos pagar, podemos contratar una póliza más completa. Esto está bien para cuando los canes son todavía cachorros y cualquier cosa que se encuentren les parece un juguete, desde el cable del teléfono hasta los sofás.
Si queremos contratar una póliza por separado para nuestro amigo, esta será el seguro de responsabilidad civil, que es el que la ley establece como obligatorio y la cobertura del mismo no puede ser inferior a 120.000 euros si se trata de los perros potencialmente peligrosos. La cobertura básica de este tipo de seguros incluye los daños y perjuicios causados por el can, los gastos de asistencia jurídica y las fianzas que resulten como consecuencia de dichos daños.
Asimismo, algunos seguros cubren también los problemas médicos y todas las intervenciones que pueda necesitar el animal, desde diagnósticos hasta hospitalización pasando por medicamente y asistencia domiciliaria. Casa como una persona.
Hay supuestos que quizás no se nos pasen por la cabeza, pero que resultan muy útiles y que pueden ocurrir a cualquier dueño de can. Por ejemplo, nos encontramos con pólizas que cubren la estancia en una residencia canina si a nosotros nos pasa algo y debemos estar un tiempo hospitalizados sin poder atender al animal. También hay cláusulas que contemplan el pago de un sacrificio necesario y la eliminación del cadáver del animal en caso de vejez o enfermedad incurable. Este tipo de actuaciones son bastante caras, además, por lo que teniendo en cuenta el coste del seguro puede ser que nos resulten convenientes. Asimismo, es posible también que nuestro perro sufra algún accidente y los gastos médicos sean grandes… Pueden ocurrir mil cosas que debemos tener en cuenta a la hora de comprarlo y adoptarlo pero también cuando vayamos a contratar el seguro.
Para contratar estos seguros, es necesario presentar la cartilla del perro y su pasaporte, ambos actualizados con sus vacunas (leptospirosis, moquillo, hepatitis y parvovirosis). En caso de tener pedigrí, algunas compañías nos pedirán también presentar este tipo de tarjetas y documentación para contrastar la información. Es importante tener en cuenta que según las experiencias que haya tenido la aseguradora con algunas razas, elabora diferentes perfiles de perros que puede considerar peligrosos, además de los que ya están en la lista de la comunidad autónoma, por lo que quizás nos llevemos alguna sorpresa. Asimismo, en caso del seguro médico, la norma general para poder contratarlos es que el animal tenga más de tres meses y menos de nueve años y que goce de una buena salud.
Lo mejor, si tenemos algún asesor de confianza como la Gestoría Toledano, es dejarlo en manos de profesionales, que sabrán cuáles son los requisitos que impone la ley en nuestra región y también buscar la póliza que mejor se adapte a nuestras necesidades y esté mejor de precio en función a sus coberturas.