Son muchas las familias que tienen problemas y dificultades para tener hijos, y los motivos son muchos: el retraso de la maternidad, la calidad del esperma, problemas físicos… incluso la contaminación y los hábitos de vida tienen mucho que ver al respecto lo que indica que hay algo que no estamos haciendo bien. De hecho, en occidente, la calidad seminal ha caído desmesuradamente en estos últimos años, lo que ha obligado a muchos hombres a recurrir a los donantes anónimos para poder ser padres.
Y es que tres de cada 10 tratamientos de fertilidad se indican por causa masculina según datos del Registro Argentino de Fertilización Asistida y abarca a 1 de cada 3 parejas con problemas de fertilidad, un dato que no queda muy alejado de la situación actual en España.
En Ividono, una de las mejores clínicas donde donar semen en Alicante, Valencia, Madrid y otras muchas provincias donde tienen diferentes clínicas reproductivas, aseguran que el número de futuros padres que acuden en busca de su ayuda profesional ha aumentado notablemente en los últimos 5 años.
Sin embargo, las últimas noticias han hecho impactado notablemente en este sector haciendo que muchos padres empiecen a tener dudas al respecto. Hablamos de noticias como la de Ari Nagel, quien ha sido padre ya 33 veces en Israel, país que ha acabado por prohibirle volver a donar semen. Se trata de un estadounidense que tiene ya 33 hijos y próximamente tendrá 10 más, por lo que ha sido apodado “El Esperminador”.
Según la ley de Israel, las mujeres sólo pueden usar esperma donado si se hace de forma anónima y hay un límite a la cantidad de donaciones que se pueden hacer, dijo el Ministerio de Salud de Israel. Indicaron que varias mujeres se habían presentado en clínicas para pedir el esperma de Nagel y que esto «va en contra de leyes y regulaciones del tema».
Por eso son tan necesarias las historias como la de Nicolás, de 31 años, quien donó esperma ya 10 veces con el fin de ayudar a otras personas que, como él y su mujer, tienen problemas para concebir. De hecho, su hijo nació gracias a una donación de óvulos.
«Es una forma de devolver lo que alguien también hizo por nosotros», cuenta Nicolás Silva Saracho. Hace casi 10 años, él y su esposa se enteraron de que, por una anomalía genética en los cromosomas de ella, los embriones que gestaba eran incompatibles con la vida. Recurrieron a la ovodonación y gracias a una mujer anónima que había donado óvulos, hoy son los padres de Luca.
Quiero que se parezca a mí
La mayor preocupación de los padres es que su hijo/a no guarde ningún parecido con ellos mismos, por eso los bancos de esperma se aseguran de buscar donantes con características físicas similares a las de los futuros padres. Lo hacen mediante una serie de preguntas básicas en las que se solicita el grupo sanguíneo de ambos miembros de la pareja, color de ojos, cabello, fisonomía, raza, estatura y peso, pero todo avanza, y ahora las nuevas tecnologías también están ayudando en este sentido.
Un novedoso software desarrollado por una empresa aragonesa ayuda a buscar al donante más parecido a los padres.
Se trata de un software de biometría facial que permite encontrar el donante de esperma u óvulos que más se parezca a los padres. El avanzado sistema de Fenomatch, único en Europa y desarrollado por la empresa 9 Lands, es pionero ya que sus avanzados algoritmos convierten, en apenas unos segundos, una imagen facial en una fórmula matemática que representa cien puntos nodales de distinción. El resultado es una impresión precisa de datos faciales, que no cambian con la edad o el aumento o pérdida de peso del individuo. Es lo que se denomina Fenomatch Score: la identificación del donante de óvulos o espermatozoides más óptimo; es decir, que coincida con la estructura ósea y, por lo tanto, sea más probable que ayude a tener un hijo que se parezca más a su padre o madre.
Fenomatch permite, además, profundizar en la comparación de los resultados de las pruebas genéticas de paciente y donante. Esto supone poder detectar con antelación si la conjunción de ambos tiene un alto o bajo riesgo de transmisión de unas 300 enfermedades hereditarias, como la fibrosis quística.