Los piercings son ornamentos corporales extendidos entre buena parte de la juventud. Los usan chicas y chicos, jóvenes de grandes ciudades y de pueblos, y de diferente extracción social. Sin embargo, su colocación entraña riesgos para la salud. ¿Debemos permitir que nuestros hijos se pongan piercings?
Mi respuesta corta es “sí”. Ayuda a que el joven se exprese y a que configure su identidad. Ahora bien, debemos informarnos de los riesgos que esta práctica entraña y hacer que nuestro hijo sea consciente de ello, para que tome una decisión con fundamento.
Yo, que tengo 50 años, recuerdo en mi adolescencia a un amigo que era heavy, que se dejó el pelo largo y escandalizó a sus padres. Cuando el chico decidió comprarse una muñequera de pinchos, su padre se lo prohibió. Otro amigo común, con 16 años, se hizo un tatuaje en el brazo. A finales de los 80, los tattoos no eran tan populares como lo son ahora. Podemos decir que tenían mala fama. La tarde que el chico llegó a su casa con el tatuaje recién dibujado en el brazo, el padre lo echó a la calle.
Estas actitudes tan intolerantes por parte de los padres no son buenas. Como padres debemos comprender a nuestros hijos, preocuparnos por sus inquietudes y en el momento en que pensemos que están equivocados, sostener una conversación de adultos con ellos.
Hoy, por suerte, los tiempos han cambiado. Somos más tolerantes que antes y elementos como los tatuajes y los piercings se han despojado de ese halo de marginalidad que tenían antes.
Es posible que si nuestra hija o nuestro hijo entren a trabajar en El Corte Inglés, o en un sitio parecido, le obliguen a quitarse el piercing cuando esté en el trabajo. No pasa nada, cuando salga se lo pone. Ese elemento le ayuda a reafirmarse o a sentirse más guapa o guapo.
¿A qué edad se puede poner un piercing?
La página web de la Comunidad de Madrid señala que toda aquella persona menor de 18 años que se ponga un piercing debe contar con la autorización por escrito de sus padres o de sus tutores legales.
Legalmente, en Madrid, la edad legal para llevar un piercing son los 18 años.
Esta es una medida jurídica. En mi opinión, la edad adecuada para ponerse un piercing se corresponde con el nivel de madurez de la persona. Dependiendo del joven, entre 14 o 16 años, la chica o el chico están capacitados para tomar una decisión que afecte a su cuerpo.
Con 16 años, un joven puede trabajar. ¿Por qué no va a poder decidir si quiere llevar un piercing o no?
A las niñas les ponemos un pendiente en el lóbulo de la oreja cuando son bebés. El pendiente es un tipo de piercing. Tomando las precauciones adecuadas, la colocación del pendiente no tiene por qué dar ningún problema.
Con el piercing sucede algo parecido. Lo más importante es ponerlo de una forma segura e informarse adecuadamente antes de tomar la decisión.
Los piercings más peligrosos.
La web de la empresa Puleva señala que unos de los lugares más peligrosos para colocarse un piercing son la lengua y los labios. Justamente, unos de los piercing más de moda.
La boca es una de las partes del cuerpo donde hay una mayor concentración de bacterias. Lo que multiplica la posibilidad de infección. La saliva, a la que recurrimos para aliviar el dolor cuando tenemos una herida en esta parte del cuerpo, remueve la placa bacteriana, lo que facilita la infección.
Una perforación en la lengua tarda en cicatrizar un mes, mientras que una en el labio no cicatriza hasta los 2 o 3 meses. Tanto la lengua, como el labio, son zonas carnosas donde el piercing no queda bien sujeto, lo que facilita que la herida se abra al moverse el piercing.
Por otro lado, un piercing en la lengua puede provocar desgaste en el esmalte dental, fisuras en los dientes y daños en las encías y en los tejidos blandos de la boca, ya que el piercing puede golpear la dentadura y el paladar.
Los piercing en los pezones y en el ombligo son otros de los piercing delicados. El ombligo es un nido de bacterias y de suciedad retenida. Un lugar del cuerpo que no se encuentra bien ventilado, por lo que la cicatrización tarda más en producirse.
Los pezones, un punto especialmente sensible, requieren gran cuidado en la colocación y mantenimiento del piercing. Al perforar la zona se puede dañar alguna terminación nerviosa, lo que puede producir dolor o insensibilización de la zona. Estos piercing pueden producir queloides (crecimiento excesivo del tejido cicatrizado) o la aparición de quistes, a menudo con pus. Tanto en los piercing del ombligo como en los de los pezones, hay que extremar la higiene en la zona y llevar ropa amplia para evitar rozaduras en la zona perforada.
Los genitales son otra de las zonas más peligrosas para colocar piercing. Tanto en mujeres como en hombres. Aquí debemos informarnos a conciencia sobre los riesgos que entraña la perforación, puesto que puede acarrear infecciones como la endocarditis bacteriana que ponen en riesgo la vida de la persona.
Curiosamente, el lugar más seguro para colocar los piercing es en la oreja. En gran parte del pabellón auditivo. Es una zona cartilaginosa, con gran capacidad de regeneración y bien ventilada.
La nariz y la ceja también tienen sus riesgos, pero son más controlables que los de zonas más peligrosas.
Elige el piercing con tu hijo.
Si tu hijo adolescente está pensando en colocarse un piercing es un buen momento para elegirlo juntos. Para que le ayudes a seleccionar el modelo menos peligroso y más favorecedor.
Como se puede ver en webs como Piercing & Tattoo, la tienda online de un mayorista madrileño especializado en piercing hipo-alergénicos, la variedad de modelos es abrumadora. Desde diminutas perlas que se colocan en la nariz, los nostril, que parecen una lágrima, hasta los llamativos aros. Algunos de los modelos son realmente curiosos, como la estrella dorada.
Ayudarle a tu hija o hijo a elegir el piercing que se va a poner, estrecha los lazos entre ambos, en un momento tan complejo como es la adolescencia. Lleva a los padres a interesarse por las inquietudes e intereses de sus hijos y entender mejor su forma de pensar.
Este puede ser un bonito proceso en el que ambos os forméis juntos. Que conozcáis mejor el mundo del piercing. Sus beneficios estéticos y sus complicaciones para la salud. Y, sobre todo, para que os conozcáis mejor el uno al otro.
Consejos para ponerse un piercing con seguridad.
La seguridad es uno de los aspectos más importantes a la hora de colocarse un piercing. Debes acudir a centros autorizados, formado por personal experimentado, tener en cuenta el material del piercing que te vas a poner y seguir las recomendaciones que te den para su cuidado. Estos son algunos consejos importantes:
- Acude siempre a un profesional cualificado.
Evita los piercings caseros o en lugares que no estén autorizados. Asegúrate de que el centro esté homologado y de que el profesional que te va a atender, tenga experiencia. - Verifica que el material sea estéril y de un solo uso
Asegúrate de que la aguja, guantes, pinzas y otros instrumentos estén esterilizados y precintados antes de que se usen. Si ves alguna práctica que no te cuadre, es mejor parar la acción antes de realizarla. - Elige materiales hipoalergénicos.
El titanio, el acero quirúrgico o el oro de 14 quilates son buenas opciones para evitar reacciones alérgicas cuando se pone el piercing. - Infórmate sobre los cuidados posteriores antes de colocártelo
Antes de ponerte el piercing, infórmate sobre cómo limpiarlo, qué productos debes usar y qué acciones debes evitar desde el primer para que no se infecte la herida. - Evita alcohol y anticoagulantes antes de la cita
No consumas bebidas alcohólicas ni medicamentos como la aspirina 24 h antes de colocarte el piercing. - No te hagas el piercing si tienes una infección o el sistema inmunológico débil
Espera a estar totalmente sano para reducir riesgos de complicaciones. - No toques el piercing con las manos sucias. Lávate siempre las manos antes de tocar el piercing. Intenta tocarlo lo menos posible. Si el piercing se mueve, tardará más tiempo en cicatrizar la herida.
- No cambies el piercing antes de tiempo
Espera el tiempo recomendado por el profesional para cambiar el piercing inicial. Hacerlo antes de tiempo, puede irritar o abrir la herida. - Evita las piscinas, las playas y los spas durante la cicatrización
El agua no tratada puede introducir bacterias en la herida y dificultar la curación. - Consulta a un médico ante cualquier signo de infección
Si notas enrojecimiento excesivo en la zona del piercing, pus, fiebre o dolor intenso, no lo ignores, ni te automediques. Acude a un médico lo antes posible.
Con información y con las precauciones adecuadas, tu hijo adolescente puede colocarse un piercing en condiciones de seguridad.


