Educar a un hijo no es asunto fácil hoy en día, en mi opinión y la de otros padres, debido en gran parte al gran salto tecnológico entre generaciones que existe. Dependiendo de con que edad tengamos un hijo o no, podemos encontrarnos con una situación (que no es para nada extraña) en la que los padres no entienden el comportamiento de los hijos, y los hijos no comprenden el de los padres.
Como mencionaba, la tecnología supone esa gran diferencia a la hora de entenderse, y en concreto es el uso que le damos a las redes sociales el que marca la diferencia. Tengamos en cuenta que las redes sociales han aparecido hace alrededor de diez años, y su explosión se produjo a principios de esta década.
Pero más allá de las redes sociales, que como hemos dicho no deja de ser un factor importante, es cada vez más difícil enseñar rutinas a los niños. El principal motivo es que padres e hijos viven en un mundo acelerado con un alto nivel de actividades diarias que hacer, lo que impide que los padres no siempre estén presentes a la hora de realizar ciertas tareas.
Centrando el tema, cuando hablamos de rutinas hablamos de aquellas actividades y horarios que se repiten diariamente, de manera sistemática y regular. Los beneficios de las rutinas son muy extensos, pero principalmente lo que se consigue es lograr la interiorización de una actividad de manera autónoma, convirtiendo esa acción en un hábito.
El mejor ejemplo de esto es el cepillado de los dientes, un hábito fundamental en la vida temprana de un niño, pues de el depende en gran medida que tenga una buena salud dental cuando sea adulto. Vamos a ver en el artículo de hoy algunas ideas para crear estas rutinas en los más pequeños.
Ante todo, tenemos que tener paciencia
Los niños aprenden mucho por imitación, por lo que si tu hijo te ve cepillándote los dientes a diario, es probable que se motive a hacer lo mismo. Aprovecha la ocasión para enseñarle cómo se cepillan los dientes correctamente y conviértete en su modelo. También puedes utilizar ese momento para corregirle su técnica. Eso sí, es importante que le enseñes bien los movimientos que debe hacer al cepillarse ya que si adquiere un mal hábito, luego será más difícil eliminarlo.
Permítele escoger su cepillo de dientes. Existe una razón por la que en las tiendas hay solo unos 10 tipos de cepillos de dientes para adultos y más de 25 variedades para los niños: para que puedan elegir un modelo que realmente les guste y se adapte perfectamente a su boca. Este detalle contribuirá a que el niño se sienta más identificado con su cepillo de dientes y se motive a usarlo.
Juega mientras se cepilla los dientes. Los niños suelen distraerse con facilidad y les cuesta mantenerse concentrados en una sola actividad durante mucho tiempo, sobre todo si lo que hacen no es de su agrado. Por eso, muchos niños perciben el cepillado de los dientes como una obligación y lo hacen de mala gana o incorrectamente. Para evitar este problema, intenta que el momento del cepillado se convierta en una actividad divertida. Puedes cantarle una canción o hacer burbujas. De esta manera el pequeño hará una asociación positiva con el cepillado, se sentirá más animado y seguramente querrá repetir la experiencia.
Léele un cuento. Los niños adoran los cuentos, por lo que puedes elegir una historia que verse sobre el cepillado de los dientes, de forma que tu hijo se vaya familiarizando con la importancia del cuidado dental. Puedes encontrar historias sobre el cepillado en Internet, aunque también hay libros de cuentos ilustrados en las librerías que te ayudarán de hacer del cepillado una actividad divertida para los niños.
Por último, una de las mejores opciones que puedes hacer es hablar con tu dentista de confianza para que mentalice al niño de la importancia del cepillado. Existen dentistas con mucha experiencia en niños capaces de transmitirles la importancia del cepillado de manera divertida. En nuestra opinión uno de los mejores especialistas en salud bucodental de León es la Clínica Dental García Lorente.