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De niños y dentistas

Desde el mismo momento de la concepción se inicia un proceso de desarrollo que no cesa hasta que los seres humanos alcanzan la plenitud física. Incluso cuando se llega a las etapas de la edad adulta y se supone que hemos finalizado nuestra etapa de crecimiento, seguimos en continuo cambio. Proceso tras proceso, la restauración, recuperación y cambios continuos en los que vive el cuerpo humano no cesan. En función de la edad, los ciclos hormonales en el caso de las mujeres, los factores externos e internos, etc. se suceden continuos procesos de desarrollo. Los seres vivos nos caracterizamos precisamente porque siempre se producen cambios en nuestro organismo.

De ahí que siempre haya que tener especial cuidado en lo que hacemos para que el normal desarrollo de nuestro organismo y su funcionalidad no se deterioren. Aunque muy a nuestro pesar, nos deterioramos del mismo modo y a la misma velocidad. Ya en el vientre materno, se empiezan a desarrollar los órganos y tejidos de los bebes, incluidos los dientes. Aunque estos, no son visibles hasta que los bebes cuentan con unos meses de vida y erupcionan en la boca.

Debido a esta circunstancia es complicado acertar con el momento en el que deben iniciarse los cuidados bucodentales de los recién llegados al mundo. Los odontólogos y odontopediatras coinciden en que esos cuidados deben procurarse desde el primer momento. En Dental Studio, odontólogos de vanguardia, nos recuerdan que el papel del odontopediatra es esencial en la atención de la salud bucodental perinatal e infantil. Sobre todo en lo referente al establecimiento de un hogar dental en perfecto estado.

Durante el periodo perinatal que, comienza con la finalización de la semana veinte a la veintiocho de la gestación en el vientre materno y culmina de una a cuatro semanas tras el nacimiento, se establece un periodo que juega un papel esencial para el bienestar de la futura mama y la salud y bienestar de los recién nacidos. Esto quiere decir que una mala salud bucodental de la madre, se asocia directamente a la mala salud bucal de los hijos.

Una buena salud bucodental desde el principio

Lo primero que aconsejan los odontopediatras es que la primera visita a la consulta del odontólogo infantil, se realice al año del nacimiento del bebe. En esta primera toma de contacto, se realiza una evaluación del posible riesgo e caries, se examinarán los tejidos blandos y duros y se proporcionara a la madre y el padre algunos consejos sobre la dieta más adecuada y la higiene dental.

Dentro de esas medidas de higiene que se darán a los papas, se recomienda una implementación como muy tarde, en el momento en el que se produce la erupción del primer diente. Se aconseja limpiar los dientes del bebe tan pronto como erupcionen, utilizando un cepillo de dientes suave y de tamaño adecuado, de forma periódica y un mínimo de dos veces al día.

Aspectos como la dieta son igual de relevantes en cuestiones bucodentales infantiles. En este caso, la lactancia materna juega un papel de gran importancia en la nutrición, el desarrollo y las ventajas psicológicas y sociales del bebé. Sin olvidar que reduce notablemente el riesgo de que produzcan enfermedades agudas y crónicas. La leche materna no guarda ningún tipo de asociación epidemiológica con la caries. No obstante, a partir de los doce meses, la lactancia más de siete veces al día, se asocia con el riesgo de padecer caries a edad temprana.

La alimentación nocturna a base de biberón o zumo, junto al consumo frecuente de bocadillos, snacks u bebidas con azúcar entre comidas, aumentan el riesgo de sufrir caries en la primera dentición. Se recomienda que no se introduzcan en la dieta de los bebés, zumo de fruta cien por cien por día y como parte de un tentempié antes de que el bebé cumpla el año y, que la ingesta en niños de uno a seis años, sea limitada.

En algunos bebés la erupción de la dentición puede provocar molestias localizadas e intermitentes en la zona de los dientes temporales que están saliendo, así como irritación y salivación excesiva. Pero por lo general, la mayoría de los niños no pasan demasiadas dificultades. El tratamiento de los síntomas que produce la erupción de la dentadura, incluye la toma de analgésicos orales y mordedores fríos que aliviarán al niño al morderlos. Queda desaconsejado el uso de anestésicos tópicos, entre los que se incluyen geles de venta libre, debido a la posible toxicidad que pueden presentar en los lactantes.

Resulta fundamental que los bebés tengan las cantidades óptimas de flúor para la prevención y control de la caries. Se debe utilizar flúor tópico aplicado por un profesional como barniz para los niños que presentan riesgo de caries. Para maximizar los efectos beneficiosos del flúor en la pasta de dientes, el cepillado supervisado, deberá realizarse dos veces al día como mínimo. Tras la finalización del cepillado no se debe enjuagar con agua o cualquier otro líquido.

Los niños con edad comprendida entre los seis meses y los tres años, deberán cepillarse los dientes dos veces al día, como mínimo, con una pasta dental de mil partes por millo de flúor con una cantidad mínima del tamaño de un grano de arroz. Los niños de mayor edad, entre los tres y cinco años, deberán cepillarse con la cantidad correspondiente a un guisante. A partir de los seis, pueden utilizar pasta de dientes de, como mínimo mil cuatrocientas partes por millón de flúor, con la cantidad correspondiente al tamaño de un guisante o la mitad del cabezal del cepillo de dientes.

Hábitos como chuparse los dedos o el chupete, el bruxismo o empuje anormal de la lengua, etc. pueden ejercer fuerza y presión sobre los dientes y las estructuras dentoalveolares. Se aconseja de forma encarecida que se eliminen estos hábitos antes de que los bebés cumplan los veinticuatros meses, para evitar que se produzcan maloclusiones o displasias esqueléticas.

Problemas dentales más comunes en los más pequeños

A pesar de que existe la creencia de que los dientes de leche se caerán y darán paso a una dentadura nueva y perfecta, eso no es así. Lo cierto es que tanto los hábitos que repercuten en los problemas dentales como la predisposición a padecerlos van con el niño o niña. Por eso, vamos a enumerar los problemas dentales más comunes en la infancia, con la finalidad de que se puedan prevenir con ayuda de los consejos dados anteriormente.

El primero de todos esos problemas es la caries. Uno de los principales problemas dentales en niños y no tan niños. Se origina a causa de las bacterias de la placa que aparece por una inadecuada higiene, produciendo ácidos que descomponen los dientes atacando el esmalte dental.

En segunda instancia, encontramos los problemas de alineación y maloclusión dental. El primero de ellos, lleva al segundo y al apiñamiento de los dientes, la sobremordida o la submordida. Estas patologías bucodentales pueden afectar a los niños en su capacidad para hablar y comer de forma correcta. También pude conllevar problemas de autoestima y confianza.

La enfermedad de las encías es otra de las principales causas de que los pequeños acudan a la consulta del dentista. La gingivitis es una enfermedad que se produce cuando las bacterias se acumulan en la línea de las encías, causando inflamación y sangrado. Sin un tratamiento adecuado, puede avanzar a un estadio de mayor gravedad que conlleve la perdida de las piezas dentales y otros problemas de salud general asociados.

En cuarto lugar, los dientes de leche retenidos es otro de los problemas que más habitualmente se produce en los niños. Esto sucede cuando los dientes de leche que deben haberse caído para dar lugar a los dientes permanentes, no lo hacen y se produce la erupción del diente creciendo de forma inadecuada. Esto puede conllevar problemas de alineación y otro tipo de complicaciones.

Los traumatismos dentales, son causa de visita al dentista en infinidad de ocasiones. Los niños, como niños que son, tienen propensión a las lesiones de los dientes y la boca, debido a la práctica de deportes y juegos. El trauma en los dientes puede implicar la perdida de la pieza o dañar su estructura, siendo necesario realizar tratamientos dentales específicos para evitar problemas a largo plazo.

Aunque no suene a cosa de “mayores”, el bruxismo también puede darse en los más pequeños. El molesto acto de rechinar los dientes, puede ocasionar el desgaste de los mismos y los consiguientes problemas de alineación dental. Suele ser más habitual de noche.

Por último, una de las causas que más llevan a los niños a la consulta del odontólogo es la hipoplasia del esmalte. Este trastorno hace que el esmalte dental no se desarrolle de la forma adecuada, lo que ocasiona debilidad y sensibilidad en los dientes. También repercute en que los dientes sean más propensos a padecer caries.

La mejor manera de evitar este tipo de problemas, es acudir al odontopediatra en el momento adecuado y no demorarlo hasta que se produzca el problema. Siguiendo las pautas recomendadas, llevando una higiene bucal correcta desde el primer momento y prestando atención a la boca del bebé, es más fácil evitar los problemas bucodentales más habituales.

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