El haber tenido el nacimiento de dos niños en los últimos 4 años hizo que nos planteásemos dejar nuestra vivienda en Móstoles y optar por algo más espacioso y tranquilo. Los dos éramos trabajadores freelance. Poder trabajar en casa te permite mucha libertad de establecimiento y nos daba igual un lugar que otro con tal de estar bien.
Queríamos un chalet para vivir tranquilos y en plena naturaleza
Entre unos ahorros que teníamos, más el piso en propiedad de Móstoles, podíamos permitirnos un chalecito en un lugar tranquilo. Antes de buscar por webs, quisimos ponernos en manos de una inmobiliaria que controlara bien la zona de Guadalajara. Nos habían hablado de fresnoinmobiliaria.com, así que contactamos con ellos cara a que nos buscaran un chalet majo. Fueron muy amables y desde el primer momento nos ofrecieron los que tenían, de ellos por precio nos encajaban tres que fuimos a visitarlos.
La verdad es que cuando te pones a ver chalets, todos tienen alguna pega, el que más nos gustó estaba en Torrejón del Rey, pero quizás estaba un poco dejadillo a nivel de mantenimiento, aunque, eso sí, era una preciosidad y tenía mucho espacio, lo que realmente íbamos buscando. Al final nos decidimos por ese, en 2 días solucionamos el tema con la inmobiliaria y el anterior propietario.
Nos decía el comercial que ojalá en su trabajo todos los clientes fueran tan rápidos a la hora de tomar decisiones, pero esto es así. Al tener ya la idea y la zona clara, solo buscábamos el sitio adecuado y sin ser muy “tiquismisquis”. Ahora tocaba la parte más ingrata de comprar una vivienda ya usada, aunque a la vez emocionante, las obras eran necesarias.
Tuvimos que llamar a varios especialistas, desde pintores a diseñadores de interior. Gracias a nuestra suegra que tenía una casa bien hermosa, porque muchos días tuvimos que irnos a dormir fuera de la casa.
Al final tanto ajetreo ha tenido su recompensa y nuestros niños ya empiezan a trastear por el terreno del chalet. Sabemos que hemos ganado en calidad de vida, aunque quizás tengamos que renunciar a comodidades como el transporte público o el poder estar más cerca de Madrid, pero realmente, en nuestro caso, quitando cuando íbamos al cine, no es que fuésemos a la capital demasiado.
Tiene uno que poner en la balanza que es lo que quiere de una vivienda y que puede ser mejor para la convivencia familiar. Nosotros siempre hemos sido unos amantes de la naturaleza y qué mejor que enseñarles esto a nuestros hijos desde un lugar tan tranquilo y bonito. Ahora podemos hacer excursiones por la zona con la tranquilidad de estar rodeados de naturaleza.
Esto es una decisión personal de cada familia, pero creo que hemos salido ganando con el cambio. Ahora, eso sí, nos queda para el año que viene otra obra de calado, queremos montar una piscina, eso sí, con todas las medidas de seguridad, puesto que ya sabemos que tiene sus peligros. El mantenimiento ya nos han dicho que a veces es complicado, pero siempre tuvimos el sueño de tener una casa con piscina y a veces, solo a veces, los sueños se cumplen.