Ya hemos hablado muchas veces sobre la importancia de ayudar a los bebés, desde el nacimiento del primer incisivo, a llevar una correcta higiene bucal. Con esto, lo que pretendemos es concienciar a nuestra sociedad sobre los cuidados que son necesarios a pesar de que la sabiduría popular, hasta hace muy pocos años, creía férreamente en que los niños tan pequeños no necesitaban lavarse los dientes.
Según los últimos estudios, los padres y madres jóvenes están cada vez más concienciados sobre esta necesidad. No tanto los padres mayores de 35 años o padres no primerizos, que siguen creyendo más en que la higiene bucal del bebé no es necesaria que en la palabra de los expertos del siglo XXI.
En el fondo, aunque escuchar opiniones contrarias a esta higiene bucodental infantil desalienta, la realidad es que vamos dando pasos de gigante y cada vez son más los niños y niñas que tienen una rutina de higiene dental óptima.
Los profesionales de la Clínica Dental Plaza Prosperidad recomiendan que los niños y niñas hagan su primera visita al dentista para realizar su primera revisión antes de cumplir el año y las razones son las siguientes:
- Revisión y prevención: antes se creía que la primera visita debía hacerse cuando el niño cumpliera los tres años pero múltiples estudios han demostrado que a esa edad muchos niños ya tienen caries por lo que hay que prevenirla mucho antes.
- Adquirir buenos hábitos: los niños tienen una capacidad de aprendizaje enorme por lo que es mucho más fácil a estas edades enseñarle bueno hábitos de higiene y conseguir que éstos se vuelvan rutinarios.
- Evitar el miedo al dentista: si van desde pequeños al dentista podrán comprobar que no tienen por qué sufrir dolor y, por ende, no cogerán miedo.
Recomendaciones para cuidar la salud bucodental en la infancia
Antes de nada debemos decir que el cuidado de los dientes de tu bebé empieza antes de que haya nacido. Si la madre cuida su dentadura, posiblemente el bebé evitará problemas futuros.
Desde el nacimiento hasta los 12 meses de vida del bebé es importante que los padres mantengan la boca limpia del pequeño. Para ello, tras las tomas de leche (tanto si es materna como si es de fórmula) debemos limpiar las encías del bebé con una toallita o un paño húmedo. Tras la aparición del primer diente, debemos empezar a cepillarlo, suavemente.
Desde los 12 meses y hasta los 36, aproximadamente, debemos empezar a animar al pequeño que se limpie los dientes él o ella por sí mismo. Al principio seremos nosotros quienes manejen el cepillo de dientes con la pasta de dientes fluorada equivalente a un grano de arroz, posteriormente le animaremos a que el pequeño coja él mismo el cepillo, siempre bajo vigilancia adulta.
Además, hemos de enseñar a los bebés que no se puede comer después de lavarnos los dientes por la noche por lo que, una vez haya dejado de tomar leche nocturna, debemos evitar darle alimentos o biberón pues estaremos exponiendo los dientes del pequeños a azúcares y a peligros como el atragantamiento o las infecciones de oído.
Por otro lado, en cuanto el bebé aprenda a beber de un vaso, es importante que dejemos de darle bebidas en biberón. Beber de una taza normal hace menos probable que el líquido se acumule alrededor de los dientes.
¿Qué son las caries del biberón?
Las caries del biberón son un tipo de caries infantil que tienen lugar como consecuencia de la exposición frecuente de los dientes del niño a líquidos ricos en azúcares, desde la leche hasta los zumos de fruta y similares. Estos azúcares se fijan a los dientes y las encías, causando placa y desmineralizando la superficie de las piezas. La consecuencia final son las caries.
Y es que uno de cada diez niños de dos años de edad ya tiene una o más caries dentales. A los 3 años el 28% de los niños tiene problemas en su dentadura y a los 5 años el 50% de los niños tienen caries.