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Juguetes educativos

La infancia es juego, es diversión y, por supuesto, es educación, por eso la posibilidad de aprender jugando es la mejor que podemos tomar para nuestros hijos. Hoy en día, hay cientos de juguetes educativos, desdelos clásicos basado en Montessori a otros más modernos pero igual de válidos. Veamos algunos buenos ejemplos.

Hay algunas características generales a tener en cuenta a la hora de adquirir este tipo de juguete:

  • Deben ser juegos sencillos, de fácil manejo y con un objetivo educativo.
  • El juego didáctico se adecuará a la edad del pequeño y de sus capacidades.
  • Las instrucciones tienen que ser comprensibles para el niño.
  • Es importante que cuenten con un tamaño correcto y de buena resistencia.
  • La finalidad de esta propuesta lúdica es fomentar el desarrollo en el ámbito cognitivo, social, emocional y verbal.

También hay que tener en cuenta que los juegos didácticos varían en función de la edad del niño y del aprendizaje que se quiera reforzar:

  • De 0 a 2 años: muñecos, pelotas y libros de tela y goma, móviles, sonajeros, juegos sonoros o juguetes para meter en el agua.
  • De 3 a 5 años: rompecabezas, plastilina, cuentos, juegos de construcción, pelotas, entre otros.
  • A partir de los 6 años: juegos de mesa, patines, dibujo, pintura, danza, juegos de seriación, etc.

Los juguetes didácticos se suelen separar por franjas de edad y en relación a los procesos evolutivos de cada niño. Jugar lleva a los niños a tocar, inventar, experimentar, expresar, crear… en definitiva, aprender.

Eso sí, para cada edad, se da un aprendizaje concreto y, por ello, los juguetes deben evolucionar también en esta dirección. En este sentido, hay diferentes tipos de juegos para fomentar el desarrollo del niño en diferentes áreas:

  • Psicomotricidad fina: hay juegos que trabajan el movimiento del cuerpo y que ayudan al niño a desarrollar una mayor destreza.
  • Estimulación sensorial: el pequeño descubre el mundo que le rodea a partir de los sentidos.
  • Desarrollo cognitivo: a través del juego se trabaja el razonamiento y aspectos como la clasificación o la seriación. Asimismo, se trabaja la rapidez y el cálculo mental, por ejemplo.
  • Estimulación del lenguaje: se fomenta el desarrollo del lenguaje, mejorando las habilidades comunicativas.
  • Desarrollo de la percepción espacial: se utiliza el juego para enseñar al niño la relación del espacio con nosotros mismos.
  • Superación de obstáculos: el juego también sirve para que los niños se entrenen en la superación de barreras y que, de esta forma, aprendan a resolver los problemas que puedan encontrarse.

Aprender a contar, a leer o dominar idiomas, mejorar la memoria o reforzar el aprendizaje en ciencias… El juego didáctico es el complemento perfecto para que los niños aprendan de una forma amena y divertida. Para acabar, te damos unos cuantos ejemplos de juegos educativos. Hay actividades para todos los niños, todas las edades y todos los gustos. Toma nota y no dejes de incorporar el juego para fomentar el conocimiento en la infancia.

  1. Puzzles

Un clásico para estimular las habilidades cognitivas en la infancia. Los rompecabezas son una buena elección para que el niño idee mapas conceptuales trabaje la lógica. Este tipo de juego suele incorporar piezas grandes si se dirige a una edad temprana. Mientras que, a mayor edad, más pequeñas serán las piezas y más fichas tendrá el juego para dotarlo de más complejidad.

Hay varios tipos de puzzles: los numéricos (sudokus), el tangrama, los mecánicos o los tetris, en el ámbito digital, por ejemplo.

  1. Juegos de memoria

Memorizar canciones, repetir palabras, imitar sonidos o jugar a las cartas son propuestas para ejercitar la memoria en la infancia. Gracias a ello, las habilidades visuales o auditivas se potencian. Este tipo de juego se emplea a partir de los cinco o seis años. En este ámbito, el Memotest es uno de los juegos de memoria más populares.

  1. Sopas de letras

Con este juego didáctico, el niño se familiariza con el mundo de las letras y se trabajan las habilidades del lenguaje y de la comunicación. Por tanto, las sopas de letras o los crucigramas son una buena alternativa para trabajar el léxico y mejorar la ortografía jugando.

  1. Juegos con bloques

Los juegos con bloques potencian la psicomotricidad fina y ayudan a desarrollar la visión espacial. Estos juegos también sirven para potenciar la agilidad mental y fomentar la creatividad en los más pequeños.

  1. Adivinanzas

Los juegos de adivinanzas son otra opción para estimular la lógica, la agilidad y la reflexión. Se trata de un divertido juego ayuda a los niños a centrar su atención y a desarrollarse intelectualmente.

Hay varios tipos de adivinanzas. Las de respuesta directa, la adivinanza con letras o con números.

En definitiva, es importante que la enseñanza del niño no solo se centre en el estudio y la pura memorización de conceptos. Siempre se aprende y se entiende mejor algo cuando nos interesa. En la infancia, el juego es un motor para sumar aprendizaje sin que ello suponga un esfuerzo. Como ves, los juegos didácticos son una de las mejores alternativas para potenciar el desarrollo en la infancia. ¡Aprender jugando es la clave!

Las muñecas y bebés

Jugar con bebés y muñecas aporta grandes beneficios, tanto para niños como para niñas, aunque la cultura estereotipada diga que los niños deben jugar con otro tipo de juguetes. Esto es algo que, por suerte, los padres modernos están cambiando, y ahora podemos ver tanto a niños como a niñas jugar con bebés a darles de comer o cambiarles el pañal pero, ¿qué beneficios les ofrece exactamente? Pues según los profesionales de Diversal encontramos 9 ventajas muy interesantes:

  1. Favorece su desarrollo, ya que juegan de forma autónoma, desarrollando su imaginación.
  2. El juego de imitación con muñecos y muñecas es muy beneficioso, ya que observan a los mayores y a sus referentes, imitando lo que ven y sus situaciones con sus juguetes, acelerando su desarrollo.
  3. Los niños y niñas asimilan sus experiencias, fortalecen sus instintos protectores y mejoran su autoestima.
  4. En especial, los niñ@s más timidos, que bloquean sus sentimientos por temor a reacciones de los demás, encuentran en el juego con muñecas un espacio donde no se les recrimina, adquiriendo más confianza en sí mismo.
  5. Se entrena la base del juego simbólico, desarrollando su creatividad, el aprendizaje de tareas y hábitos: Cambiar al bebé, darle de comer, llevarlo a la cama, vestirlo, etc.
  6. Se expresan mejor, ya que al ser juguetes afectivos, se dirigen a ellos directamente y vuelcan sus sentimientos, mostrando cómo se sienten realmente.
  7. Fomenta la creatividad: Pueden dejar volar la imaginación teniendo la posibilidad de explorar nuevos escenarios, situaciones de cuidado y cariño, buscar soluciones por ejemplo para cambiar un pañal, conociéndose poco a poco más a ellos mismos y sus posibilidades.
  8. Los niños y niñas que juegan con muñecas aprenden a ser compasivos y empáticos. Este aprendizaje prepara al niñ@ para ser más paciente y comprensivo a medida que crezca.
  9. Proporciona habilidades de comunicación, descubren con el cuidado de muñecas y bebés cómo adaptarse a cada situación, expresar pensamientos y deseos de forma amable sin herir a los demás.

Por lo tanto, acercando a los niños y niñas al juego afectivos, estamos fomentando su creatividad, el desarrollo de sus habilidades y de su personalidad, dentro de un entorno físico, permitiendo crear a los niños situaciones de juego llenas de cariño y ternura.

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