Hay pocas cosas mejores que la familia, por no decir que no hay nada que supere a todas esas personas que conviven con nosotros y que son fruto del árbol genealógico que nuestros antepasados y nosotros hemos ido construyendo a medida que pasaban los años. Un día en familia puede curar todas las penas y volvernos a hacer pensar que somos felices con lo que tenemos. La familia es lo más grande y por eso no podemos olvidarnos ni por un momento de todo lo que es necesario para que seamos todos felices y vivamos en armonía.
Una de las cuestiones que hace posible que vivamos perfectamente tiene que ver con la higiene. Y más ahora que nos hemos visto sometidos a una pandemia como la del coronavirus, que ha hecho que tengamos la necesidad de cuidar hasta el más mínimo de nuestros movimientos y adquirir todo tipo de precauciones en lo que tiene que ver con cuestiones de limpieza e higiene. Los productos de desinfección de manos o de ropa se han puesto a la orden del día y no es para menos. Han salvado miles y miles de vidas solo en un país como el nuestro.
Para mantener a salvo a nuestra familia de posibles contagios (ya sabéis que basta que haya solo uno para que el coronavirus pueda alcanzarnos a todos los que vivimos con ese contagiado o contagiada), no solo ha bastado con desinfectar superficies o nuestras propias manos, que es lo que ha hecho la mayoría de gente. También ha sido necesario desinfectar nuestra ropa si teníamos que salir, aunque solo fuera a hacer la compra. Lo mejor ha sido prevenir cualquier posible riesgo y esto que os acabamos de comentar acerca de nuestra ropa fue especialmente necesario durante la primera y segunda ola de la pandemia, cuando la vacunación todavía no estaba en marcha.
De lo que os acabamos de comentar se hizo eco una noticia publicada en la página web de El Español, en concreto en su sección Crónica Global. Comentaba la autora de la noticia, Jennifer Molina, que los productos de tela necesitaban una buena desinfección para impedir que el virus se quedase en los tejidos, algo que no solo era posible, sino que seguro que ha sucedido en el seno de muchas familias en España. Por suerte, mucha gente rápidamente adquirió este hábito y evitó, de este modo, que el virus se colara más fácilmente en su domicilio.
Una de las medidas de luchar contra el coronavirus en el hogar y que ha parecido una medida “de segundo orden” ha sido la de desinfectar nuestra ropa una vez que hemos salido de casa. Y es que la ropa puede ser una de las portadoras del virus. Aunque se le ha dado menos importancia que a mantener la distancia de seguridad o a usar mascarilla o gel hidroalcohólico, lo cierto es que tener en cuenta la desinfección de la ropa ha sido clave para cuidar de nuestra salud ante el virus, especialmente durante la primera y segunda ola de la pandemia. Los profesionales de Lavatur nos comentaron en su día que, de hecho, fue tras salir del confinamiento cuando la gente decidió cambiar su vieja lavadora por otra más potente para tener más armas en la defensa contra la COVID-19.
No hace falta que haya un virus para que cuidemos de la higiene de nuestra ropa
Otra noticia, en este caso publicada en la página web Salud en Familia, dejaba bien claro que nuestra ropa es nuestra segunda piel y que, por tanto, es siempre necesaria una limpieza e higiene que cubra cualquier tipo de problema que pueda ocasionarse en materia de salud para cualquiera de los miembros de la familia. Desde luego, está claro que no hace falta que haya un virus que nos amenace para cuidar de esa desinfección y limpieza de nuestra ropa. Es algo que se nos debe grabar a fuego.
La mejor manera de que toda nuestra unidad familiar esté a salvo en estos momentos complicados es hacer todo lo posible por conseguir hacer nuestras todas las medidas de seguridad, pero que a nadie se le olvide de que, cuando vuelva la normalidad, vamos a seguir estando sometidos a problemas de la vida cotidiana en lo que tiene que ver con el uso de nuestra ropa (manchas, malos olores y un largo etcétera). Aunque no lleguen a ser problemas de índole mortal, lo mejor es que pongamos todo nuestro empeño en resolverlos.
La vacunación está siendo clave a la hora de derrotar al virus, pero ya ha quedado claro que el género humano no es imbatible ante cualquier cosa. Debemos seguir cuidándonos mucho para evitar problemas futuros, que seguro que los habrá. La limpieza y la higiene, sea cual sea el contexto en el que nos movamos, seguirán siendo claves para la obtención de la victoria.