Opositar está claro que es todo un trabajo. Hay que tomárselo en serio y poner toda la carne en el asador cuando decides opositar a cualquier plaza pública. Aún recuerdo cuando una amiga mía me comentó que iba a opositar, y que lo haría entre rato y rato, tomando el sol y en su casa. Aunque lo mejor fue el comentario de su marido, “sí claro es que se concentra muy bien”. Yo lo consideré todo un insulto para todas esas personas que se preparan durante años, los 365 días, y renunciando a muchos aspectos de su vida de ocio y familiar. Como hemos visto casos con los opositores para Correos.
Por eso, hoy queremos hacer un análisis de las cosas buenas y malas que tiene opositar en casa. Y es que no siempre podemos encontrar la tranquilidad que deseamos. Y es que si tenemos hijos o mascotas se puede convertir en toda una odisea. Estas son las cosas que te pueden ocurrir.
Organización
Lo más importante es en una oposición es tener una buena organización y, cuando además de opositar, tienes niños y trabajas esto es crucial. Si ya lo es cuando estás sin ellos, si en casa tienes peques o tienes mascotas, hay que tener la agenda de organización más preparada que nunca. Cada minuto cuenta y aunque los días son impredecibles hay que seguir una rutina y una planificación para controlar cada momento de nuestro día, solo así avanzaremos con buen pie.
Cursos on line
Si eres de los que no puedes estudiar sin una ayuda, pero no quieres salir de casa porque tienes que estar con tus hijos, pues una buena idea es la de apuntarte a los cursos on line, algo que está muy de moda. Por ejemplo, en Preparadores Valladolid cuentan con una preparación ONLINE de todas las modalidades de oposición, por ejemplo para el Cuerpo de maestro, Cuerpo de profesores, de Inspección educativa y con cursos de acreditación lingüística: preparación b2 y c1. Como se ha demostrado durante el confinamiento por culpa de la pandemia, el teletrabajo y la educación a distancia es posible gracias a las nuevas tecnologías pero también si tenemos una constancia. Además, estos preparadores de oposiciones realizan cursos completos con preparación de temario, resolución de casos prácticos de cada especialidad y de programaciones y Unidades, y si te lo montas bien durante 24 horas al día.
Horario
Como si se tratara del horario de tu hijo en el colegio, tienes que ponerte horas para cada cosa. Un ejemplo que nosotros te proponemos es este, aunque luego cada uno lo puede adaptar según sus circunstancias.
Una vez tengas claras las tareas que debes hacer cada día y el tiempo que vas a dedicar a cada una de ellas, es el momento de plasmarlas en un horario. Por ejemplo:
- 7:00: levantarse y café
- 7:15-10:00: estudiar
- 10:15-10:45: desayunar para coger fuerzas
- 11:00-12:30: paseo, parque, jugar con los peques, sacar a nuestra mascota a hacer sus necesidades
- 13:00: comer
- 13:45: siesta
- 14:00-16:00: Seguir estudiando
- 17:00-22:00: Estudiar la oposición
- 22:30: cenar
- 23:00: a la cama que te lo has merecido.
Organización con tus hijos
Y ahora llega el momento de la verdad, cuando tienes hijos en casa. Si madrugas pero los niños se despiertan antes de tiempo, lo mejor que puedes hace es perder diez minutos y volverlos a dormir, así estarás tranquila y aprovechadas las horas que tenías planeadas. Normalmente a esas horas de la mañana se suelen dormir rápido, aunque encontramos a madrugadores que a les 6 abren los ojos y no los duerme nadie.
Evadirte
Un buen consejo para estudiar una oposición en casa es evadirte. Es decir, intentar aislarte de lo que pasa a tu alrededor. Está claro que si eres de esas personas que se distraen con el vuelo de una mosca esto no te va a servir. Para poder conseguir evadirte puedes recurrir a usar tapones, cascos o una leve melodía. Eso sí, lo más importante es pedir a los peques de la casa que no hagan mucho ruido. Por supuesto están prohibidas las visitas y eso de poner música o televisión a todo volumen.
Está claro que estudiar es una carrera de muy largo fondo, habrá días en los que estés a tope, pero seguro que muchos de ellos son de bajón. Pero no te tienes que desesperar, porque al final todo se consigue. Eso sí, quizás cuando te la saques los más pequeños de casa ya no estén en ella y te sea más fácil sacarla.