Los efectos beneficiosos sobre la salud que produce el tener una mascota son innumerables, siendo muy recomendable incluir un animal dentro del núcleo familiar a cualquier edad, incluyendo en la vejez.
Durante esta etapa, vivir con un animal de compañía puede contribuir a mejorar la calidad de vida, sobre todo en lo que se refiere al bienestar mental y al bienestar social. Y es que está comprobado que las personas mayores que tienen animales experimentan beneficios como los siguientes:
Se estimula la actividad física
Al tener un compañero de cuatro patas, en especial si se trata de un perro, se fomenta el ejercicio gracias a los paseos y juegos diarios que requieren estos animales. En relación a esto, los expertos en cuidado para personas de la tercera edad de la residencia Nuestra señora del Rosario, comentan que «Hay que estudiar qué raza de perro encaja más con el estilo de vida y capacidades de la persona para que puedan convertirse en grandes compañeros. Por ejemplo, los cachorros tienen mucha más energía que perros más mayores y hay razas con caracteres más tranquilos que se adaptan mejor a una vida más casera».
Disminuye la sensación de soledad
El compartir el día a día con una mascota proporciona mucha compañía, ayudando a mitigar el síndrome del nido vacío que afecta a muchos de nuestros mayores cuando los hijos abandonan el hogar.
Además, en el caso de los perros, salir con ellos a pasear representa una actividad que permite socializar y relacionarse con otras personas, consiguiendo así compañía tanto dentro como fuera de casa.
En este sentido, el animal de compañía actúa como un «facilitador de las relaciones sociales», lo cual es un factor muy importante para los ancianos que viven aislados.
Ayudan a combatir la tristeza y la depresión
Está demostrado que convivir con una mascota reduce la sensación de tristeza y depresión en las personas mayores. Esto porque se vuelven a sentir útiles al cuidar de un animal cambiando ese sentimiento que tienen a veces de estar apartadas y ser poco necesarias. «Una mascota requiere atención y cuidados pero, en este caso, un mayor que cuida un animal cuida también de sí mismo», afirman los expertos.
Muchas de las personas de la tercera edad que viven solas declaran que, como dijimos anteriormente, sus mascotas les hacen sentirse necesarias. Y es que ser activo física y socialmente con un animal también es una buena receta para evitar sentirse “viejo”.
Adoptar un animal de compañía los obliga a observar unas rutinas diarias para cuidarlo, asearlo, jugar, alimentarlo, y en consecuencia, hacerse cargo de sí mismos; evitándoles caer en la apatía de una vida en soledad.
Eso sí, en los casos de movilidad reducida, es mejor adoptar un gato debido a la característica de sus cuidados.
No obstante, la compañía de cualquier animal combate el sentimiento de soledad, estimula la comunicación, favorece el contacto físico y las demostraciones de afecto, además, estimula la memoria, y la atención.
Lo mejor, la capacidad que tienen de hacernos reír. Los animales permiten que las personas rían sus gracias, pero también que se rían de ellas mismas y de lo que las rodea.
Velan por la seguridad de su amo
Las personas mayores con alguna limitación de sus capacidades corren un riesgo añadido en su seguridad. Por lo que, según los expertos «En este caso, los perros entrenados pueden ser de gran ayuda, ya que pueden dar una señal de alerta si se da determinada situación (suena el teléfono, algo se quema, el dueño se encuentra en peligro e, incluso, en algunos casos, detectar enfermedades)».
Reducen el estrés
No importa el tipo de mascota ni el estado de salud del amo, todas tienen efectos positivos sobre el estrés. Ya sea observando nadar los peces, escuchando el ronroneo de un gato o el piar de los pájaros, los niveles de ansiedad y estrés se reducen.
De igual manera, también visitan al médico con menor frecuencia que las que no los tienen. Y es que si la persona se siente más útil, pueden aumentar las ganas de vivir, mientras que disminuye la ansiedad y la necesidad de medicación.
Los gatos como compañeros ideales de las personas mayores con problemas de movilidad
Si estás pensando en regalarle un gato a algún familiar en la tercera edad, te confirmamos que los gatos pueden ser el animal de compañía ideal para ellos, sobre todo en los casos de movilidad reducida. Y es que en general, la presencia de un animal de compañía, sea un perro o un gato, aporta numerosos beneficios para estos casos.
Sin embargo, más allá de los beneficios que tienen en común tanto perros como gatos, como que ayudan a combatir los sentimientos de apatía y depresión, le crean al adulto una rutina diaria que implica cuidarlos y jugar con ellos, obligándolos a permanecer activo, ayudan a aumentar las ganas de vivir, y otros beneficios que ya mencionamos en el punto anterior; si que hay algunas situaciones en las que los gatos podrían representar la mejor opción.
A diferencia de los perros, estos compañeritos felinos se adaptan bien a vivir exclusivamente dentro de casa y pueden ser la mejor elección para personas que tienen problemas para salir a pasear. También, necesitan menos atención, ya que con solo de 20-30 minutos de juego al día para muchos gatos ya es uno de los mejores días del mundo, además que disfrutan enormemente con solo dormir en el regazo de su compañero humano. De esta manera, las personas que pueden tener dificultad para satisfacer las necesidades de un perro, encontrarán en un gato su compañero ideal. Y esto sin tener en cuenta que algunas personas se encuentran más en sintonía con los gatos y disfrutan con tan solo mirarlos.
Además de que el perro necesita salir a pasear cada día, lo cual implica cierto nivel de actividad que no muchas personas de la tercera edad pueden hacer, también hay que jugar con él, darle de comer, de beber, si tiene el pelo largo, también habrá que realizar cuidados regulares de su pelaje. Por el contrario, los gatos suelen ser más independientes.
Los perros como la opción favorita de muchos
Ya dijimos las muchas ventajas de incluir a un gato en la familia, sin embargo esto no le quita a los perros su sitial de honor entre las mascotas favoritas de todas las edades.
La principal característica de estos fieles amigos es que favorecen mucho más el contacto físico y las demostraciones de afecto, además de estimular la memoria y la atención, e infundir de alegría toda la casa.
Compartir la vida con un perro puede llegar a formar uno de los lazos afectivos más agradables que experimenta una persona. En el caso de los adultos mayores, pasa lo mismo siempre que elijan una raza apropiada que se ajuste a su situación.
Al comprar un perro, hay que fijarse muy bien en que sea uno que sirva de compañía para una persona mayor. Para esto, debemos tener en cuenta características importantes del perro, como lo son:
- Tamaño
- Personalidad
- Ejercitación
- Carácter
- Convivencia
- Alimentación.
En este sentido, debemos tomar en cuenta, por ejemplo, que los perros muy enérgicos no son recomendables, ya que pueden resultar peligrosos. Esto porque un tirón de la correa al momento de pasearlos, o una demostración de cariño al abalanzarse sobre el pecho de su dueño, puede generar lesiones en el adulto mayor. Algunas de las razas recomendadas para este tipo de amo son:
- Bichón Maltés. Es un perro pequeño, juguetón y familiar, se mantiene alerta y demuestra valentía; y por si fuera poco no requiere de mucha actividad física, lo que resulta una ventaja para las personas que precisan la mayor tranquilidad posible en su ritmo de vida, pero sin quitarle la alegría propia de este tipo de compañeritos.
- Lebrel. Aunque es un galgo y se destaca por su velocidad, tienen un carácter tranquilo y sensible, demuestra afecto y no le gusta estar solo.
- Caniche Enano. Es un perro inteligente y de buena conducta que le gusta llamar la atención para jugar, lo que lo hace muy especial. También es muy conocido por su participación en exposiciones gracias a su habilidad para aprender trucos y obedecer órdenes. Por otro lado, es muy suave y elegante al andar, pero sobre todo es muy intuitivo a las emociones, demostrando serenidad cuando percibe preocupación o tristeza, convirtiéndose así en un compañero muy empático para personas mayores.
- Shih Tzu. Esta raza es perfecta porque no demanda mucha actividad, no es ruidoso y se mantiene alerta a los sonidos. Se destaca por su pequeño tamaño y carácter alegre, que incluso puede llevarse bien con otras mascotas.
- Teckel. Estos perrosse adaptan muy bien en espacios pequeños, tienen una excelente condición física y no van a exigir gran ejercitación ni de largos paseos. Otro punto a su favor es ladran poco, y son muy valientes. De hecho, actualmente son muy empleados para terapias con niños y personas mayores por su inteligencia y sentido familiar.