La vida cambia de una manera ciertamente importante cuando tenemos hijos en casa. La verdad es que marca un antes y un después que es evidente y que hay que tener en consideración muchas cosas como responsables de ese menor que va a venir a nuestras vidas. Es un reto mayúsculo y debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para que no nos supere por completo. Y es que es necesario tener mucho aplomo para enfrentarnos a una situación como esta, por eso se suele pensar con detenimiento si queremos tener descendencia o no.
Vamos a repasar algunas de las cosas que son necesarias para que la vida con esa nueva personita que acaba de venir empiece bien.
Soportes para el día a día
Hablamos de cosas como lo pueden ser las distintas cunas o camitas, que son elementales para que el recién llegado pueda descansar con tranquilidad. También es interesante hablar en este punto de los portabebés, que son muy importantes para que podamos salir de casa sin tener que dejar al bebé a cargo de nadie. Se trata de cuestiones que son básicas y que no cabe la menor duda de que cumplen con una función que es realmente elemental.
También es de especial importancia un parque para bebés, que sin duda nos va a permitir mantener controlada a la criatura cuando estemos haciendo otro tipo de labores en el hogar que no tengan nada que ver con él. Cada día son más los padres y madres que necesitan un parque como estos y que, desde luego, se sienten mucho más tranquilos y tranquilas cuando llega el momento de realizar ese tipo de cosas en casa y saben que no hay por qué temer y que su hijo o hija está seguro.
La ropa
Estamos hablamos de una de las cosas que más preocupan a los padres y madres en el día de hoy. Ya sabéis que estamos hablando de uno de los elementos que más permiten proteger al pequeño cuando hace frío y que le permiten gozar de una mayor comodidad cuando hace calor. Por tanto, estamos convencidos de que la compra de una ropa con la que sintamos que esa seguridad esté garantizada es una de las cuestiones que nos permiten sentir que estamos haciendo bien las cosas como padres y madres. Y eso no tiene precio.
Según una noticia que publicó el portal web Statista, la ropa para bebés y niños se convirtió en la tercera categoría de ropa en la que más gasto se dedicó. El porcentaje de gasto sobre el total fue del 12’77%, siendo solamente superado por el 34’9% del gasto en ropa de mujer o el 25’37% del gasto en ropa de hombre. La verdad es que es lógico que la ropa de niños y bebés tenga una importancia tan grande desde el punto de vista de la facturación de las empresas que se dedican a este asunto porque hay que tener en cuenta que hablamos de personas que están en constante evolución y que la ropa que usan ahora les va a quedar muy pequeña en apenas unos meses.
En un artículo publicado en La Vanguardia, se informaba de que cada español gasta de media un total de 220 euros en ropa infantil por cada menor de edad. La verdad es que esto se corresponde un poco con lo que estábamos diciendo más arriba en relación a la rapidez con la que los niños y bebés van creciendo. Se trata de una cantidad que es necesaria y con la que las familias cuentan porque son plenamente conscientes de que la ropa es uno de los grupos de objetos más necesarios para cualquier niño o niña.
La ropa constituye una de las grandes necesidades para los recién nacidos y para los niños en general, así que no resulta raro que los padres y madres tengan constantes cavilaciones mentales con este tema. Muchas veces, una de las principales dificultades que se encuentran con este tema tiene que ver con que hay tiendas que no disponen de todo tipo de tallas. Las familias valoran que las propias tiendas sean las que proporcionen ropa de bebés y niños de todas las edades y eso es precisamente lo que hacen en Newness Kiss, que dividen las prendas de vestir de las que disponen en distintas categorías desde los 0 meses hasta prácticamente los 14 años.
La comida
Esta es una cuestión que se puede equiparar a la de la ropa sin que haya ninguna duda al respecto. Esta es una de las grandes claves del desarrollo de una persona. Y es que la alimentación, que juega una importancia brutal en todo lo que tiene que ver con el crecimiento y la salud de las personas, es todavía más clave cuando estamos en una edad temprana y los huesos, músculos y demás partes del cuerpo tienen que ir haciéndose más grandes.
Es importante que, una vez que el niño o niña ya puede empezar a comer de todo, ofrezcamos una comida que sea de lo más variada. Y es que no cabe la menor duda de que eso le va a generar una serie de beneficios que va a terminar agradeciendo con el paso de los años. Una dieta equilibrada y en la que haya espacio para todo tipo de productos es vital para que no haya nada ni nadie que pueda jugar en contra del desarrollo del niño o niña, un desarrollo que se debe considerar como una prioridad absoluta para este tipo de público.
Realmente, de la comida no nos podemos olvidar en ningún momento de la vida. Es algo que todos consideraremos lógico porque alimentarnos mal nos va a generar problemas tanto cuando somos jóvenes como cuando somos más mayores. Ni que decir tiene que está en nuestra mano, cuando ya hemos crecido, alimentarnos como debemos. Pero, mientras somos pequeños y pequeñas, esa tarea depende de unos padres y madres que tienen que estar muy encima de este tema y que no pueden fallar para garantizar la salud de sus peques.
Seguramente, habrá muchos más factores que deberán ser tenidos en cuenta. Hay que cuidar de cada peque en concreto y la verdad es que eso requiere de mucho tiempo para cada niño o niña. Está claro que es necesario estar pendientes de cada una de las cosas que van a jugar su importancia para que todos y cada uno de nosotros crezca como debe, con las máximas garantías posibles, que a fin de cuentas es la base de nuestra existencia, la base de nuestra vida.
Es digna de elogiar la labor que hacen los padres y madres en los tiempos en los que estamos. Muchas veces se tiende a pensar que los padres y madres de antes se sacrificaban más que los de ahora y creo que decir eso es en cierta medida injusto. Es verdad que la vida era de otra manera y que ahora gozamos de muchas más comodidades, pero también hay que decir que desde el punto de vista educativo, por ejemplo, los padres y madres están ahora más implicados que nunca con sus hijos e hijas.
Hacer crecer a un hijo o hija siempre va a ser una labor de 24 horas al día, de 7 días a la semana y de 30 o 31 días al mes. Nos obliga a levantarnos por la noche si es necesario. Nos obliga a cambiar nuestros planes si hay algún imprevisto con nuestro hijo o hija. Nos obliga a estar pendientes de un montón de cosas al mismo tiempo. Nos obliga a cuadrar nuestras agendas teniendo en cuenta las distintas actividades que deben realizar nuestros peques. En definitiva, somos las personas encargadas de otras personas y no podemos fallar en una misión tan elemental. Y es que estamos refiriéndonos a las personas a las que más queremos en nuestra vida. ¿Cómo no nos vamos a obligar a esto?
Dicen que la natalidad se ha desplomado y los datos indican que es verdad. Hay muchas cosas que lo explican, pero nosotros no creemos que las generaciones de ahora sean más egoístas y no quieran ocuparse de sus hijos e hijas, sino que la situación económica en la que nos hemos visto desde que se produjera la crisis de 2007 ha hecho que no nos lo podamos permitir, que tener un hijo o hija sea un auténtico lujo para prácticamente toda la sociedad. Si los empleos fueran más estables y los salarios fueran mejores, otro gallo cantaría.
Tener hijos e hijas es lo más grande que nos puede pasar a lo largo de nuestra vida. Solemos valorarlo mucho durante los primeros años de existencia de nuestros peques, pero lo valoramos más a medida que van creciendo y van cumpliendo los objetivos que se han ido marcando a lo largo de su vida. Cuando somos ancianos, nos reconforta saber que hay personas que nos van a cuidar y que se van a preocupar tanto de nosotros como nosotros nos preocupamos de ellos en su día. De eso va la vida.