Cualquier padre o madre que se precie tiene como principal objetivo que sus hijos e hijas, por una parte, se desarrollen como personas y que, por otro lado, sean felices. Conseguir este tipo de propósitos es algo que tiene la importancia suficiente como para quitarnos el sueño. Por eso tenemos que elaborar una serie de estrategias que nos permitan cumplir con este cometido con la mayor facilidad y eficiencia posible. Y, aunque a veces pueda parecer complicado, lo cierto es que hay maneras de hacer posible una misión como esta.
Una de las mejores maneras es, desde luego, haciendo que nuestros hijos cohabiten en la vivienda con una mascota. Es cierto que cada vez más hogares cuentan con un perro o un gato, pero es evidente que no basta solo con eso si lo que queremos es que se garantice la felicidad y el desarrollo personal de nuestros hijos e hijas. Tenemos que establecer una conexión entre ambos y hacer que, de alguna manera, ambos se retroalimenten. Y la verdad es que esta relación puede resultar de una utilidad enorme para ambas partes. Es algo que ya se han encargado de confirmar muchos expertos en la materia.
Una noticia que fue publicada por el portal web Fundación Affinity informaba de los beneficios que existen en este vínculo del que venimos hablando. En concreto, en esta noticia se hace referencia a que el 50% de los niños y niñas aseguran que su perro o gato es su compañero de actividades y juegos y que incluso 8 de cada 10 personas de entre 9 y 12 años prefieren jugar con sus animales de compañía a hacerlo con un videojuego. Este dato es realmente sorprendente y nos produce una satisfacción realmente grande en un periodo histórico, no lo olvidemos, marcado por la tecnología.
Otra noticia, en este caso publicada en el portal web Guía Infantil, informaba de que disponer de una mascota en casa implica otra cosa para los niños y niñas: compromiso. Es muy importante que ellos y ellas se sientan responsables del animal en la misma medida que los padres. De este modo aprenderán un valor tan importante como el de la responsabilidad, que les tiene que acompañar durante el resto de su existencia y que jamás pueden dejar olvidado en un rincón de su cerebro.
Para los padres y las madres, disponer de una familia perfecta es, en la mayoría de los casos, tener algún hijo e hija y que una mascota termine de darle esa alegría al hogar. Es el prototipo de familia joven y moderna. Pero, a veces, no es tan fácil hacer que esto sea posible. Cada vez son más las personas que, al menos en España, tienen problemas de fertilidad. Desde una entidad como lo es Ivi Global Education, especializada en la organización de un máster relacionado con la reproducción asistida, nos han alertado de ello. Y es que, en muchas ocasiones, esa familia que muchos y muchas imaginan es, por desgracia, una ilusión si no se recurre a profesionales especializados en la reproducción asistida.
Una batalla que puede presentar secuelas psicológicas
La verdad es que estamos hablando de un asunto que presenta secuelas psicológicas. No tener la posibilidad de tener hijos puede hacer que una persona lo pase realmente mal, porque lo cierto es que, para muchos, un hijo es una de las grandes alegrías de la vida. Y decimos algo más: para un menor, no tener la posibilidad de tener un hermano o hermana también puede llegar a ser motivo de depresión. Muchas veces ese es el motivo por el que la familia decide incluir a una mascota en su hogar.
La verdad es que una mascota siempre suele traer una enorme satisfacción a los pequeños y pequeñas de la casa. No cabe la menor duda de que la mascota es sinónimo de alegría, de ocio, de felicidad. Y los niños y niñas pequeñas valoran esto de una manera extraordinaria, algo que ya hemos visto con algunos de los datos que os hemos proporcionado en los párrafos anteriores. Desde luego, existen pocas parejas que congenien mejor que un niño y una mascota. La química entre unos y otras es realmente tremenda.
Cuando decimos que, por ejemplo, un perro es el mejor amigo del hombre, no estamos exagerando en absoluto. Desde luego, esta afirmación es una realidad como la vida misma y a nadie le cabe la menor duda de que es así. Los niños y las mascotas tienen una especie de juramento de fidelidad que les mantiene unidos siempre y que hace que unos no se olviden nunca de otros. Este es uno de los secretos que hacen a una familia mucho más feliz, más unida y, en resumidas cuentas, mejor.