En un divorcio sufren todos los miembros de la familia y quien diga lo contrario miente como un bellaco. En la familia “tradicional”, el padre tiene miedo de que el juez que dictamine sobre la custodia de sus hijos le dé poco tiempo con sus hijos. La madre tiene miedo de no llegar a fin de mes y los niños/as sufren la separación más que nadie porque se sienten el objetivo, el centro de todo, y no saben hacia dónde tirar o qué decir para no ofender a nadie. Y en el resto de familias donde ambos trabajan fuera de casa o donde hablamos de un matrimonio del mismo sexo, siguen existiendo otro tipo de miedos, muy similares, pero con sus diferencias. Y siempre, todos, sufren.
Ahora bien, hay muchas maneras de hacer las cosas y aunque los divorcios nunca son fáciles, se puede poner de nuestra parte para que todo sea más llevadero o se puede intentar poner la zancadilla a nuestro ex para ver si así se da de bruces contra algo y, obviamente, esta segunda opción nunca aporta nada bueno, a ninguna de las partes.
Cada vez son más los jueces que dictaminan custodia compartida. Algunos establecen un régimen en el que los niños pasan 6 meses al año con cada progenitor y otros deciden que la casa familiar sea de los hijos y que sean los padres los que hayan de entrar y salir cada cierto tiempo. Sea como sea el acuerdo al que se llegue, tanto para los padres como para los niños, la custodia compartida es la mejor opción, hablando siempre de generalidades porque, lógicamente, cada caso es diferente y se debe estudiar con detenimiento.
El abogado Ferrer Navarro, especialista en divorcios y separaciones, asegura que el divorcio de mutuo acuerdo es siempre la solución más rápida y la menos traumática para todas las partes, el problema, claro está, es que muchas veces ese mutuo acuerdo no existe y todo se complica.
Cuando no hay acuerdo
Por desgracia, un gran número de divorcios donde hay menores de por medio llega a un punto de no retorno cuando se habla de la pensión de alimentos. Si la custodia es compartida esa pensión no existe, puesto que se presupone que ambos progenitores harán el mismo gasto y dedicarán los mismos esfuerzos económicos a sus hijos, pero cuando en la custodia se beneficia más a una de las partes, se suele establecer una pensión de alimentos con el fin de que el progenitor que pasa menos tiempo con los niños y, por ende, el que menos se hace cargo de sus necesidades, ayude al otro progenitor a pagar los gastos del cuidado de los hijos mutuos.
Ahora bien, que un juez dictamine la obligatoriedad por parte de un progenitor de pasar una pensión al otro progenitor no significa que luego, en la vida real, se cumpla esa obligatoriedad. Es por eso por lo que muchas madres han de solicitar los servicios de un abogado especialista con el fin de demandar a su exmarido por no pasarle la pensión de los niños. En la página web del despacho de abogados Durán & Durán se ofrece mucha información al respecto para poder empezar a dar los primeros pasos.
En mi opinión, los padres o madres que se empeñan en alargar los divorcios y en poner problemas no se dan cuenta de que son los niños los que más sufren o, si lo hacen, les importa más ver sufrir a su ex que el bienestar de sus hijos lo cual es terriblemente triste.