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Gestionar la enfermedad de un niño: una situación en la que conviene calmar los nervios

Cuidar de un niño puede ser una de las cuestiones más complicadas que puede haber a lo largo y ancho de esta tierra. Esto es todo un reto, algo que hace que una persona transforme su vida por completo y pase de centrarse en sí mismo a hacerlo 24 horas al día y 7 días a la semana por el niño o niña en cuestión. Es difícil y para quien no tiene la ayuda de una pareja o de unos abuelos se hace muy cuesta arriba. Pero la satisfacción que otorga hacer bien esta labor está fuera de toda duda.

Esta labor, no obstante, está llena de momentos críticos, momentos en los que el agobio es real y juega una mala pasada. El ejemplo más claro lo ponen las situaciones en las que el o la menor se ponen malos y es necesario encontrar el medicamento adecuado para que la enfermedad o patología que manifiestan no vaya a más. Los nervios son habituales en este tipo de situaciones y, como decíamos antes, si una persona tiene la mala suerte de afrontarlo sola la verdad es que puede ser una experiencia bastante negativa.

Un artículo publicado en el portal web especializado Hacer Familia destacó varios de los errores que solemos cometer los padres y madres a la hora de gestionar una situación en la que nuestros hijos e hijas están enfermos. Darles medicación por nuestra cuenta, alternársela, hacer que vayan al colegio cuando parecen estar malos y los remedios caseros para intentar reducir la fiebre son malos negocios para tratar de resolver el problema. La mejor alternativa siempre va a ser la de acudir a un especialista para que nos aconseje.

Ver cómo nuestro niño o niña da síntomas evidentes de estar enfermo es una de las situaciones más desagradables para un padre. Los profesionales de la farmacia Ramón Ventura nos han comentado que este tipo de situaciones son más peligrosas por el propio nerviosismo que tienen padres y madres que por las enfermedades que pueden tener los menores. Por eso es imprescindible que, una vez que tengamos delante esta situación, tengamos la cabeza fría y nos pongamos en manos de los profesionales que tengamos más a mano.

Esa es la manera más eficaz y también la mas rápida de resolver un problema de este calado. Aunque pueda parecer más lenta. Buscar la solución a través de un remedio casero implica que la enfermedad se alargue, puesto que es bastante probable que no seamos capaces de dar con la solución en primera instancia… y mucho nos tememos que tampoco en segunda. El que quiera que lo pruebe. Pero sus hijos e hijas son los que van a ser los principales perjudicados de todo esto. Es algo que está cantado y de lo que a cada día menos gente le cabe duda.

La venta online, algo ya habitual en el sector farmacéutico

La llegada de Internet hasta nuestras vidas ha dejado buenas noticias en lo que al sector farmacéutico se refiere. Un artículo publicado en La Voz de Galicia puso de manifiesto que este fue el sector que más ha crecido en venta online en los últimos años en la comunidad gallega. La verdad es que las razones de eso están más que claras. La comodidad es una de ellas, como en tantos y tantos sectores que han visto en la venta online una manera de reactivar su actividad y comenzar a facturar todo lo que durante la crisis se les escapó.

Tampoco cabe ninguna duda de que disponer de un servicio de venta online en el sector farmacéutico mejora las posibilidades de que la enfermedad del menor dure menos. En primera instancia, porque la rapidez es la misma que si acudimos nosotros mismos a la farmacia. Y en segundo lugar porque nos permite no salir de casa para ello (teniendo, en muchos casos, que llevar a nuestro niño o niña con nosotros). Este factor es diferencial y permite que el menor no se tenga que exponer a los riesgos externos. Y más ahora que estamos en invierno y el frío es bastante potente.

Aunque hayamos hablado a lo largo de todo este artículo de las ventajas que tiene un servicio de farmacia online, la verdad es que cuidar de un niño o niña pequeña va a seguir siendo una labor de lo más complicada. Habrá que seguir estando pendientes 24 horas al día y 7 días a la semana. Es lo que nos toca cuando somos padres, pero eso no quita que esta experiencia sea una de las más enriquecedoras y bonitas de la vida de una persona. En ningún momento vamos a sufrir y disfrutar, al mismo tiempo, con tanta intensidad.

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